Tamara Falcó y una confesión sobre "MasterChef Celebrity" que lo cambia todo

Tamara Falcó es un gran ejemplo de cuántos caminos diferentes hay en la vida y de que muchas veces no conocemos cuáles son las vías que nos acercarán a nuevos destinos. Ella es famosa desde siempre y, pese a tener que hacerse un espacio entre ocho hermanos, desde pequeña se ha destacado. Primero intentó marcar tendencia en el ámbito de la moda y, aunque lo sigue haciendo, MasterChef Celebrity la llevó a descubrir que no estaba allí su verdadera pasión.

MasterChef Celebrity llegó a la vida de Tamara Falcó como una posibilidad de aventura, como una plataforma que usaría para ganar dinero para colocar en su firma de indumentaria sin tener que tocar riquezas de otro lado. Pero, poco a poco, comenzó a ser consciente de que, en realidad, el segmento no era un medio para conseguir un resultado, sino el resultado en sí mismo. Como por arte de magia, se hizo consciente de cuánto ama la comida y más aún preparar platos para el deleite de las personas que ama.

A propósito de su fama actual, la hija que Isabel Preysler tuvo con Carlos Flacó ha dialogado con la revista “Tapas” y a ellos les ha dejado una serie de revelaciones dignas de análisis. Por ejemplo, que ha alcanzado el título de Chef por mérito propio y sin nada de ayuda. “Cuando cocino, no me pongo mandil, me pongo chaquetilla. Soy chef y me la he ganado a pulso”, sentenció la novia de Iñigo Onieva en un intento por dejar muy claro que en esta faena no le ha servido demasiado ser Marquesa o contar con una educación previa exquisita.

Y es que, más allá de MasterChef Celebrity, Tamara Falcó luego decidió seguir con la pasión por la gastronomía en el mundo profesional. Quizás por lo aplicada y perfeccionista que es, no podía permitirse quedarse solo con lo aprendido en el concurso cuando sabía perfectamente que lo que sentía por la cocina era inevitable, de modo que se anotó en Le Cordon Bleu en Madrid (una de las instituciones más prestigiosas del sector), ya ha terminado los tres niveles y en breve comenzará con los estudios en pastelería.

A Tamara Falcó siempre se la ha juzgado por ser “una niña bien”. Su manera de hablar y de vestir la han encasillado en un sitio cómodo para las críticas y quizás es por eso que, de vez en cuando, se esfuerza por probar que nada es lo que parece. Es cierto, ha nacido en una familia muy acomodada y jamás ha tenido que preocuparse por cosas importantes, pero eso no quiere decir que en muchas áreas no se haya esforzado y haya alcanzado objetivos por mérito propio. Recordemos que, así como muchas veces un apellido es un salvavidas, otras tantas, funciona como un ancla.