El deseo en vida de la Reina Isabel: no ser humillada en público el próximo martes

La Reina Isabel enfrentará el próximo martes una de sus citas más importantes de este año y la Abadía de Westminster será el epicentro de los ojos de toda la prensa internacional. Allí se celebrará el servicio religioso en honor a la memoria de su esposo, el muy recordado Príncipe Felipe de Edimburgo. A tan solo pocos días de este evento póstumo, la Soberana tiene un serio problema que asumir y que podría traerle algunos problemas.

Medios como "Ok Diario" han señalado que a más allá de las representaciones de otras casas reales que pudieran estar presentes en este memorial, la mayor expectativa dentro del Reino Unido tiene que ver con la propia presencia de la Reina Isabel. Los problemas de salud son bastante comprensibles a su edad y en estos últimos meses su cuadro físico ha cedido en resistencia, al punto que en algunas audiencias ha confesado su incapacidad de poder moverse y ya no es posible para ella siquiera poder salir con sus perros a pasear por las inmediaciones del castillo de Windsor.

Fuentes internas de la residencia real han expuesto ante varios medios locales que en las últimas semanas la capacidad de movilización de la Reina Isabel es tan reducida, que se ha visto en la obligación del uso de silla de ruedas. Sin embargo, su mayor inquietud es salir en público bajo estas condiciones. Este cuadro de imposibilidad comienza a generarle grandes preocupaciones, por lo que intenta encontrar otras formas y alternativas en caso de que le resulte imposible caminar.

Este estado de fijación en el que estaría la Monarca, tiene asidero en las experiencias de la Reina Madre y la Princesa Margarita: recordemos que en el momento en que ambas debieron requerir de traslados en silla de ruedas, incluso para atender apariciones públicas, al muy poco tiempo ambas fallecieron. Es por ello que es aceptable que la Reina Isabel no quiera verse reflejada ni enviar mensajes "equivocados" a la población.

Por ahora, lo único que ha trascendido sobre este tema es que a modo de solución la Reina Isabel sea trasladada desde el castillo de Windsor hasta la abadía de Westminster en helicóptero y en coche sucesivamente. En la entrada del templo religioso, colocarán pantallas para que la prensa pueda registrar su ingreso, que no sería desde la entrada principal, sino desde un corredor lateral. Recordemos que se trata de aproximaciones, en caso de que efectivamente requiera asistencia para trasladarse.

El mismo método fue utilizado por el Duque de Edimburgo a su salida del centro hospitalario donde fue intervenido por última vez en 2021. Tocará esperar al próximo martes y evidenciar cómo resultará este percance que hoy genera zozobra en la longeva Soberana.