Los dos fantasmas que siguieron de cerca a Camilo Sesto y lo obligaron a vivir al límite

La vida de Camilo Sesto fue increíble desde sus inicios y es que, al ser hijo de un electricista y una ama de casa, nadie esperaba que se convirtiera en una de las figuras más importantes de España con su carrera artística. Muy lejos de lo que todos a su alrededor proyectaban sobre su futuro, desde muy niño supo que el arte era lo que lo llevaría a cumplir su sueño.

Su llegada a Madrid fue muy insegura, ya que no contaba con un salario que pudiera asegurarle su estadía en la capital, llegó a trabajar por 500 euros la noche, sin saber si al día siguiente tendría trabajo. Mientras sus amigos regresaban a sus ciudades natales por temor a no triunfar, Camilo Sesto seguía apostando a una carrera artística, una pasión que lo acompañó a lo largo de su vida.

El cantante español consiguió éxito en 1972 con “Amor amar”, una canción con letra de Lucía Bosé y con quien se lo vínculo durante muchos años, sin embargo, fue la misma Lucía quien desmintió esta relación. Lo cierto es que su lazo fue tan estrecho que Camilo Sesto fue quien produjo el primer trabajo de Miguel Bosé. Su carrera musical fue la única prioridad para Camilo, hasta que en 1983 nació su hijo, fruto de una relación que mantuvo con Lourdes Ornelas.

A partir de allí, su heredero se convirtió en lo más importante, Camilo Sesto se concentró en la crianza de Camilín dejando su carrera de lado, la inseguridad se apoderaba de él, obligándolo a dejar su vida de lado por estar cerca de su pequeño. Fue entonces, en 2006, cuando el cantante decidió regresar a la música, pero ya era tarde, intentó de una y de otra manera retomar sus proyectos, pero solo quedó en evidencia lo mucho que había cambiado la industria desde que puso en pausa su vida profesional.

Según la información trascendida, la fortuna de Camilo Sesto estaba asegurada, y es que había sido muy bien asesorado por su círculo íntimo, sin embargo, esto no sirvió de nada a la hora de hacerle frente a una falla renal que acabó con su vida en septiembre de 2019, dejando en manos de su hijo una herencia que, sin lugar a dudas, también trajo sus consecuencias a Camilín.