La humillante condición que la Reina Isabel impuso a Harry y Meghan para reunirse con ella

A medida que avanzan los días, nuevas informaciones circulan sobre el inesperado encuentro entre la Reina Isabel y su nieto, el Príncipe Harry, quien, contra todo pronóstico, regresó al Reino Unido acompañado por su esposa Meghan Markle. Sin embargo, para que esta reunión pudiera realizarse los duques de Sussex debieron firmar la letra pequeña de este convenio, a cambio de esta necesaria audiencia y que incluía un sola cláusula ineludible.

Medios como "Latfan" destacaron que ante la petición del hijo de Lady Di, la Reina Isabel impuso como condición única que, antes de este encuentro, Harry y su esposa debían reunirse primero con el Príncipe Carlos a fin de limar asperezas y aclarar algunos temas inconclusos que han afectado la dinámica familiar desde hace mas de un año.

Recordemos que en la emisión de la llamada 'entrevista del siglo' entre los duques de Sussex y la laureada periodista estadounidense Oprah Winfrey, de todos los miembros de la casa real británica, la pareja arremetió especialmente contra el Príncipe Carlos, a quién acusaron de no haberles brindado el apoyo económico "suficiente" durante su proceso de transición hacia su emancipación y, peor aún, el propio Príncipe dejó entrever que el heredero de la Reina Isabel no fue un padre muy cercano y sentenció que sentía lástima por el y el Príncipe Guillermo, pues están "atrapados" dentro del sistema institucional de la corona.

Esta breve parada, según testigos, ocurrió alrededor de las 10 de la mañana y se prolongó aproximadamente unos 15 minutos, los más densos que hayan tenido padre e hijo y que, seguramente, ninguno quiso extender más allá de lo suficiente. La esposa del Príncipe Carlos, Camilla de Cornualles, se unió a ellos unos minutos después.

Luego de este espacio de encuentro (que desde el más puro optimismo se espera sea un paso franco hacia la reconciliación), finalmente, el Príncipe Harry y Meghan Markle pudieron reunirse con la Reina Isabel y confirmaron que esta vez fue un ambiente mucho más distendido. Se sabe que la Monarca suele separar los asuntos de estado de los temas familiares y en este caso la pareja no estuvo ante la figura de la Soberana, sino ante la abuela de Harry.

Cercanos a la familia insisten en que, para la Reina Isabel, las aventuras televisivas del Duque de Sussex y la exactriz ha sido un  trance especialmente difícil para ella y el resto del clan Windsor, pero sus sentimientos se han interpuesto y gracias a ello ha podido mediar a favor de la pareja frente a la maquinaria institucional de Buckingham que, desde hace más de un año, ha presionado a la Reina para que actúe con contundencia frente a los continuos desplantes de este par. Sin embargo, ella siempre logra perdonar y avanzar, por lo que se asevera que entre las partes hubo esta vez mucha cordialidad y alivio ante las marcadas distancias entre ellos.