RAPHAEL

Raphael, el muro político que pudo romper gracias a su voz

En la historia del artista hay un hito que lo supera todo.
miércoles, 27 de abril de 2022 · 11:20

Por razones que todavía no terminamos de comprender en España han surgido las estrellas más importantes de la música de los últimos tiempos. Y esto no es algo que lo decimos nosotros, sino las estadísticas y los rankings internacionales. Por supuesto, Raphael está en esa lista y cuenta con razones de sobra como para convencer a quienes todavía se resistan a creer que es uno de nuestros mayores emblemas. A diferencia de otros colegas suyos, ha logrado que solo se hable de su actividad profesional y en este ámbito también tiene pruebas que lo avalan.

Pero Raphael no solo triunfó en el ámbito musical. En la década de 1960 también se consolidó como un actor de categoría y esa fue una de las claves para que se le abrieran las puertas del mundo. En la actualidad y con la globalización, es normal que los artistas traspasen fronteras y cuenten con enormes clubes de fans en los rincones más insólitos del planeta. Pero no era tan fácil en aquellos años en los que las distancias solo se acortaban con viajes que duraban meses y cuando los líderes políticos definían absolutamente todo lo que sucedía en la vida privada. Sin embargo, el padre de Manuel Martos encontró la manera de derribar esa barrera también.

Raphael
Una de las fotos con las que se promocionaba a Raphael en lo que hoy es Rusia.

Y es que, gracias a la película "Digan lo que Digan", Raphael logro conquistar al público ruso en los años de la Unión soviética, es decir, cuando todo occidente estaba vetado en aquellas latitudes. El film al que estamos haciendo referencia contó con dos millones y medio de espectadores en nuestro país, mientras que en Rusia lo vieron cerca de 40 millones. Otros íconos de la época como "The Beatles" o "The Rolling Stones", jamás podrían haber soñado con la posibilidad de tener fanáticos allí, pero el intérprete de "Como yo te amo" demostró que tenía lo necesario como para derribar con el arte cualquier ideología política.

El oriundo de Linares dio el batacazo con el film antes mencionado pero no se quedó allí. Algunas estadísticas de aquellos años prueban que los ciudadanos rusos se volcaron de lleno a estudiar Castellano impulsados por la inspiración del cantante. Y en el año 1971 se concretó la hazaña: el marido de Natalia Figueroa concedió dos conciertos en Moscú y en Leningrado. Por supuesto, las localidades se agotaron enseguida y la reventa de entradas alcanzó precios desorbitantes.

Raphael
Raphael en una imagen de archivo.

"Viajé sin ningún miedo, pero con toda la curiosidad del mundo. Fue impresionante, con un público entregado en todos los conciertos. Un viaje fantástico", dijo Raphael en una de las entrevistas en las que se le consultó por semejante experiencia. Sin lugar a dudas, hoy debe recordar el reconocimiento del público ruso como una de sus mayores victorias, no solo por lo que significó en su carrera profesional sino también a nivel personal. Y es que, por ejemplo, Alejandra Martos, su hija, decidió ser restauradora de arte cuando comenzó a interesarse por las obras que su padre recibía de aquel país que lo había acogido con los brazos abiertos. Definitivamente, mucho tendrán que trabajar los artistas emergentes para conseguir logros similares.

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