Los nombres que la Reina Sofía guarda en su corazón y ninguno es el Rey Juan Carlos

Un día como hoy, hace 60 años, el Rey Juan Carlos y la Reina Sofía daban el "sí quiero" ante la ley civil, la religión católica y ortodoxa para unirse en sagrado matrimonio. Quizás la fecha hubiera pasado por alto de no ser porque la periodista Pilar Eyre, quien señaló la fecha en su blog de la revista "Lecturas", pero de la forma más particular, como suele ser su estilo.

Esta boda a la que la catalana calificó como un "despropósito" desde el principio, le sirvió como marco para destacar que la Reina Sofía ya había amado a dos personas antes de siquiera reparar en la presencia del Rey Juan Carlos y sostiene que "Juanito" fue la opción más desesperada para emparentarla, tomando en cuenta el rechazo de los dos primeros.

El duque de Kent pareció pasar de la hermosa Princesa griega, aún cuando los unía la casa Windsor y habría sido una gran relación estratégica. Sin embargo, esto no sucedió y la Reina Sofía debió sufrir el amargo trance de asistir a la boda del noble. La penosa circunstancia la llevó a sentarse junto al entonces Príncipe y actual Rey Harald de Noruega.

Al poco tiempo, el flechazo ocurrió, aunque de forma unilateral, pues el corazón del nórdico ya pertenecía a su actual esposa Sonia, quien tiene procedencia plebeya y el Príncipe utilizaba su amistad con la Emérita de tapadera para poder vivir su romance con la joven. La humillación no podía vivirse una tercera vez, por lo que el Rey Juan Carlos fue la tercera opción y última, tal como vemos hoy.

Sería entonces la unión de ideas entre Don Juan de Borbón, padre del Emérito y la Reina Federica de Grecia, madre de la Reina Sofía, lo que desencadenó esta unión, donde el único ingrediente que faltó, más que la estrategia, las conveniencias y otros temas, fue el amor.

En la actualidad, muchos se han preguntado si la vida de doña Sofía hubiera sido distinta si alguna de sus ilusiones anteriores hubieran accedido a casarse con ella y es posible que muy a lo interno, ella misma se formularía la misma pregunta. Sin embargo, la realidad es la que hoy tenemos, se cumplen 60 años de unión entre aciertos y fracasos en los que posiblemente ninguno de los dos reciba una llamada del otro para recordar esta fecha.