Manuela de Arenzana, la nieta de Raphael que se inclina más por Natalia Figueroa

En este país hay tantas figuras emblemáticas en el ambiente artístico que son muchos los jóvenes que pueden ostentar el título de “nieto de”. Raphael y Natalia Figueroa pertenecen a esa lista de notables figuras, pero también hay que reconocer que, gracias a Manuela de Arenzana, también son una excepción. Decimos esto porque la muchacha no tiene ni la más mínima intención de pertenecer al mundo de las cámaras y las exclusivas.

Hay que reconocer que, casi como por arte de magia, Raphael y Natalia Figueroa siempre se las han arreglado para que todo lo concerniente a sus vidas privadas se mantenga en un discreto segundo plano. Por supuesto, en eso mucho ha tenido que ver el enorme talento de él que impedía que nada fuera más interesante que su carrera. Pero también ha surtido efecto el perfil culto de ella, quien ha puesto su interés en el cuidado de la familia y en su crecimiento personal antes que en ser famosa, algo que seguramente Manuela de Arenzana valora y mucho.

A diferencia de la norma, Manuela de Arenzana está estudiando psicología y prevé luego también estudiar criminología. Según su madre, Alejandra Martos, será buena en cualquiera de esas disciplinas, pero desde su perspectiva también sería una muy buena artista. Y es que, teniendo a Raphael de abuelo, a una madre curadora de arte y a una abuela periodista y ensayista, no es difícil que la muchacha se inclinara más por alguna de esas ramas que por la idea de ser una “it girl”.

Manuela de Arenzana perfectamente podría explotar su perfil oficial de Instagram como influencer, de hecho, hasta es probable que varias marcas ya la hayan tentado. Sin embargo, ella mantiene su cuenta en modo privado y así le demuestra al mundo que su energía está puesta en otro lado. Definitivamente, adora al intérprete de “Mi gran noche”, pero se inclina más por Natalia Figueroa, quien siempre ha preferido no ser el objetivo de los paparazis.

Natalia Figueroa puede que para muchos solamente ocupe el sitio de madre ejemplar, pero es válido recordar que antes de dedicarse por completo al cuidado de la familia que forjó con Raphael, era dueña de una carrera profesional sin igual, de esas que pocas veces se ven en mujeres por las barreras que había en aquellos años. Su voz era una de las más populares en radio y llegó a trabajar con los mejores. Además, se consagró como novelista y no tardó en demostrar que tenía mucho valor en sí misma más allá de ser la esposa del artista. Es muy probable que ese ejemplo inspire a Manuela de Arenzana, quien ya podría haber seguido el ejemplo de otras muchachas de su edad. Julia Janeiro es una de ellas, también Luna Serrat, pero ya vemos que son otros sus intereses.