La Reina Letizia se equivoca con un gesto hacia el Emir que salta el protocolo

La Reina Letizia nunca decepciona en los eventos que marcan de forma significativa la esmerada actividad de Casa Real, y esta vez no hablamos precisamente de sus estilismos sino de un tema de actitud, por lo que no resulta sorprendente que su lenguaje no verbal haya convertido la cena de Estado en honor al emir de Catar Tamim Bin Hamad Al Thani y su esposa, Sheikha Jawaher Bint Hamad Bin Suhaim Al Thani en un momento bastante remarcable. Así lo recogió el diario "El Español".

Este instante al que nos referimos tuvo lugar en el Gran Salón donde se ofreció la cena y la Soberana fue captada cuando apuntaba con su dedo índice mientras conversaba amenamente con el invitado catarí, situación que enseguida encendió las alarmas de los analistas del lenguaje no verbal, pues, como muchos de nuestros gestos, este en particular tiene una carga de significado que resultaría contraproducente en el lugar y contexto equivocado.

Precisamente, esto lo señala de forma clara al diario mencionado Amparo Torres Menéndez, profesora de Protocolo Institucional y Comunicación Corporativa en la Universidad de Nebrija. "Señalar con el dedo nunca es educado y estar junto al emir de Qatar puede poner este gesto más en evidencia todavía". Más claro, imposible, aunque, siendo justos, esta forma de señalizar o enfatizar el discurso no siempre adquiere una connotación negativa. A juzgar por la foto, hay varias interpretaciones posibles, pero lo que realmente esclarecería que pudo ocurrir es la secuencia de algún vídeo que captara este instante.

Justamente en esto coincide la experta en este tema. Aunque coincidimos en que señalar no es precisamente de los gestos mejor apreciados en la escena social, pues va asociado al reproche de forma directa o a las advertencias, asegurar que así ha sido en el caso de la Reina Letizia es una temeridad. "No es educado ni adecuado señalar con el dedo, pero no quiero tampoco demonizar a la Reina", enfatizó Menéndez.

Esto, por supuesto, viene con una clara explicación sobre la importancia de entender verdaderamente de qué se trata el protocolo, más allá de ciertas normas que carecen de flexibilidad y el contexto. Aunque entendemos que la cultura árabe resulta un poco alejada de ciertos cánones occidentales, sí que hay comportamientos que universalmente se entienden, así que la naturalidad y la espontaneidad son parte de ello, y se entiende que la Reina Letizia ha demostrado en todo momento cercanía con los jeques y hasta complicidad, haya logrado matizar el gesto de su índice con otros más adecuados, para suavizar e incluso, ni siquiera el mandatario ni haya reparado en el detalle.

El problema viene a ser cuando estas capturas terminan viralizadas en internet o difundidas a través del trabajo periodístico. Es por ello que sobre figuras públicas como la Reina Letizia recae una responsabilidad enorme con respecto a entender a fondo y cuidarse de estos pequeños deslices. Sin embargo, la humanidad a veces se impone. Después de todo nadie es perfecto, y si a todos en algún momento se nos pasa alguna mueca o posición que delate nuestros sentimientos o intencionalidad, ¡quién dice que la Soberana está exenta?