Enrique Ponce impacta al confirmar sus verdaderos sentimientos por Ana Soria

Con dos años de relación, Enrique Ponce y Ana Soria se han convertido en una de las parejas más románticas de la crónica rosa; desde que se anunciara la separación del torero con Paloma Cuevas y su romance con la estudiante universitaria saliera a la luz, uno no de ha separado del otro y parecen dispuestos a forjar un futuro juntos. 

Recientemente, han constituido una sociedad juntos y se han tomado el espacio para distanciarse de los focos, aunque sea inevitable ser objeto de críticas. “Enrique Ponce y Ana Soria son víctimas de una fábula que se escribe muy a su pesar. Desde que empezaron su relación sentimental hace ya dos años, son muchos los que intentan destruirles a través de informaciones que se publican con un claro objetivo desestabilizador”, así comienza relatando el periodista Saúl Ortiz en un artículo del diario "ABC", para hacer paso quizás a la primera declaración oficial del torero sobre su noviazgo con la joven universitaria.

A Ponce y a Ana Soria no les ha quedado más que esquivar a los paparazzi cuando se acercan a ellos a repetir las mismas preguntas incómodas. Ello prefieren no alimentar las especulaciones y vivir un romance que apunta a un estable futuro.

Ni Ana es una mujerzuela de carácter indomable, ni Enrique un hombre arrepentido y sometido

Ambos viven prácticamente juntos, y ahora están encantados en compartir un proyecto de vida, “no solo resalta su resiliencia sino también el estoicismo con el que se enfrenta a las zancadillas continuas de alguien que quiere verla caer”.

Enrique estuvo casado por más de 20 años con Paloma Cuevas, juntos tuvieron dos hijas. La vida de ambos estuvo rodeaba por los focos de la prensa, construyeron una bonita familia y una de las parejas más envidiadas de la élite española, pero ahora la realidad de Ponce es diferente. Se ha vuelto a enamorar y no puede disimular su ilusión.

Estoy muy enamorado de Ana y es la mujer con la que quiero estar. No van a poder con nosotros

Con esta frase el torero le ha declarado su amor a la estudiante universitaria y deja el panorama claro para sus detractores. Las críticas ya no le jugarán más en contra, pues están dispuestos a vivir su amor.