Victoria Federica, uno por uno los mensajes cifrados pero que están a la vista de todos

Victoria Federica es una de las personalidades más polémicas en la Familia Real, y es que la hija de Jaime de Maricharlar no es una joven que responda a los cánones que marcan los protocolos de Zarzuela. Fiel a su estilo y siempre manteniendo una imagen acorde a las responsabilidades que le corresponden por ser una figura pública, la joven intenta vivir su vida sin límites.

Nadie imaginaría que los integrantes de la realeza tendrían alguna posibilidad de marcar sus pieles con tinta de manera permanente, sin embargo, son muchos los antepasados de Victoria Federica que dejaron huellas en sus cuerpos. Tal es el caso del bisabuelo de la influencer, que tenía dos dragones en los antebrazos, los cuales estaban allí desde sus 19 años cuando se formaba en la Royal Navy, y que llevó con orgullo el resto de su vida.

La nieta de la Reina Sofía tiene algunos tatuajes muy significativos. Uno de ellos en la muñeca izquierda, una pequeña concha dedicado a Concepción Sáez de Tejada, su abuela paterna y una de las personas más trascendentales en su vida. Por otro lado, en el tobillo derecho lleva grabado un tatuaje en el que le rinde homenaje al Rey Juan Carlos, un velero minimalista, con el que deja en claro por qué es la preferida del Rey Emérito.

Uno de los más sorprendentes, por el lugar en el que escogió para realizarse este significativo dibujo, es el que la hija de la Infanta Elena tiene en la oreja izquierda, un diminuto smiley, con el que Victoria Federica se recuerda a diario su personalidad positiva, dejando en evidencia cómo es que se autopercibe.

Por último, uno de los más significativos grabados que lleva en su piel Victoria Federica deja en claro que las tres personas más importantes en su vida son la Infanta Elena, Jaime de Marichalar y su hermano, Felipe de Marichalar, los cuales están representados con tres puntos agrupados. No hay dudas, la sobrina del Rey Felipe es una joven que, si bien decide mantener una vida simple, no se olvida a dónde pertenece.