El día que Raquel Mosquera frenó en seco a Rocío Carrasco con una severa verdad

Las confesiones de Rocío Carrasco en la docuserie "En el nombre de Rocío" han dado pie para que varios personajes cercanos a la familia de Rocío Jurado hayan tenido que reaccionar sobre el contenido del audiovisual que compromete a la familia de la cantante, y también revela varios secretos de la relación que tuvo "La más grande" con Pedro Carrasco. 

Raquel Mosquera, la viuda del boxeador, ha sido una de las que ha respondido a las palabras de Rocío Carrasco sacando a la luz la otra cara de la moneda. La peluquera dio un punto a favor a las declaraciones de Rociíto en las que aseguraba que su madre murió enamorada de Pedro Carrasco.  "Durante los dos primeros años de noviazgo, Rocío quiso volver con Pedro pero él no volvió con ella", contó en una reciente entrevista.

Llevaban tiempo sin hablarse.

Esto ha dado pie para que "Telecinco" buscara en los archivos del Deluxe y rememorara la primera confesión de Raquel Mosquera en la que dejaba en evidencia a Rocío Carrasco. Allí contó de la mala relación de Rociíto con su padre, a quien incluso no le dirigía la palabra días antes de su muerte. “Como Pedro no estaba de acuerdo con unas cosas, había enfados y llevaban tiempo sin hablarse. Pedro lo llevaba muy mal y ha sufrido mucho”, dijo la peluquera en 2016 en una entrevista con Jorge Javier Vázquez. 

Raquel Mosquera marcó la brecha con Rocío Carrasco

Para el momento, Rocío Carrasco habría guardado cierto resentimiento a su padre, pero es algo de lo que nunca llegó a hablar. “Había distanciamiento y no había conversación. Se vieron diez días antes de fallecer mi marido (..) No se reconciliaron. Aquella fue la última vez que se vieron”, declaró Raquel Mosquera.

La madre de Rocío Flores se ha querido quedar con el feliz recuerdo de sus padres juntos cuando ella apenas era una niña. En sus últimas declaraciones ha recordado los mejores momentos que vivió la cantante con el boxeador y no ha querido dar cabida a terceros; el nombre de José Ortega Cano ha quedado para ella sepultado, mientras que la reputación de su tío, Amador Mohedano, pende de un hilo.