Las noticias vinculadas a David Bisbal generalmente son felices. Y es que esa es su marca personal, el método con el que apunta a no perder vigencia. Cuando no hablamos de algún lanzamiento musical suyo, hacemos referencia a algún movimiento en redes sociales o bien al archivo, en donde se encuentran sus mejores historias románticas. Sin embargo, esta vez el panorama es diferente.

Otra de las características de David Bisbal es la honestidad. Quienes lo conocen de cerca no se cansan de remarcarlo y los reporteros contamos con sobrados ejemplos en ese sentido. No importa lo que pase por su cabeza, siempre y cuando contarlo no implique exponerse demasiado, lo hará. No le teme a los sentimientos, ni a vivirlos con toda intensidad y quizás es por eso que es tan buen intérprete.

Pero, el día miércoles amaneció con una energía distinta, con una que el artista no pudo evitar sentir y luego transmitir a sus admiradores mediante su cuenta oficial de Instagram. Tal era su angustia que no encontró las palabras adecuadas para manifestarse, pero, de todos modos, lo hizo, como pudo, con la intención de que su sentir no pasara desapercibido.

La angustia de David Bisbal que supera todos sus motivos de alegría

La pena del extriunfito es una que comparten muchos de sus colegas y amigos, pero eso no quiere decir que sea más fácil de sobrellevar. Y es que ha fallecido Eduardo Mena Guerrero, el entrenador personal y gran amigo de David Bisbal. “Es uno de esos días en los que no tienes ganas de hacer nada porque el corazón ha amanecido con una parte importante menos”, escribió el vocalista y no hizo falta más para comprender cuán afectado está.

Tal como puede apreciarse en la postal adjunta, una que corresponde a las que colgó David Bisbal en sus redes sociales, dijo que solo apelará a cantar con toda su fuerza con la esperanza de que así Eduardo lo escuche. Resulta completamente lógica la angustia del marido de Rosanna Zanetti ya que el fallecimiento de su amigo ha sido muy repentino. Era un hombre del deporte, con lo cual, nadie imaginaba que podría partir de un momento a otro y sin darle tiempo a sus afectos para que se prepararan. Los días aliviarán la pena, pero, mientras tanto, David y todos los que lo conocieron no dejarán de hacerse preguntas.