La Infanta Elena y aquella historia que nunca fue, pero que pudo cambiarle la vida

Si existe una actividad que une a las monarquías con la aristocracia, es sin duda la hípica. Mientras que en el Reino Unido, la Reina Isabel es una gran apasionada de la cría de caballos y las distintas competiciones alienadas a esta disciplina, en España la Infanta Elena sería nuestra gran abanderada, no solo por su amor y completa entrega al deporte y a estos fantásticos animales, sino porque además en dos oportunidades encontró el amor en dos distinguidos jinetes, Luis Astolfi y Cayetano Martínez de Irujo, ni más ni menos.

¿Cómo habría sido la vida de la Duquesa de Lugo si en lugar de Jaime de Marichalar, las circunstancias la hubieran unido con su primer gran amor? Porque se dice entre los mentideros reales que la ruptura entre la primogénita del Rey Juan Carlos y Luis Astolfi fue lo que la impulsó a dar un sí definitivo al de Ripalda, sin embargo, solamente la versión real la conoce su propia protagonista porque dado que se trataba de otras épocas, a Casa Real siempre le resultó mucho más fácil esconder aquellas relaciones que no resultaban "favorecedoras" para la imagen institucional.

Por otra parte, no había razones para no creer que entre la Infanta Elena y el sevillano no había una relación, si desde la primera ocasión en la que se les vio juntos en la celebración del Rocío Chico en honor de la Virgen de la Candelaria en 1986, se volvieron inseparables y desde ese momento no hubo competición en la que no se les apreciara cercanos y sonrientes entre sí.

La cuestión es que nunca concretaron su romance, a pesar de que hasta medios franceses como "Point de Vue" lo daban por hecho y para otros medios nacionales era cuestión de tiempo para que sonaran las campanas de boda. "Mujer hoy," señaló en este particular que la razón para que esto no sucediera, es que Luis Astolfi no estaba dispuesto a abandonar su carrera hípica para convertirse en el "consorte" de la Infanta Elena.

De esto han pasado unas cuantas décadas, pero bien es cierto que entre la madre de Victoria Federica y Luis Astolfi lo que prevalece sin duda es una entrañable amistad que ha sobrevivido a divorcios, lutos, eventos deportivos y grandes momentos que fortalecen incluso la esperanza de que finalmente puedan retomar su dilatada historia de amor. ¿Estarán a tiempo para ello o decidirán seguir su vida en la senda de los corazones solitarios?