El extraño revés que podría salvar al Rey Juan Carlos de enfrentarse a Corinna Larsen

La historia inconclusa entre el Rey Juan Carlos y Corinna Larsen prevalece y sin esperanzas de tener un cierre conclusivo en el futuro inmediato, luego de que los intentos por parte de los abogados del Emérito de apelar la decisión del juez, Matthew Nicklin, para sentarlo frente al banquillo de los acusados frente a la justicia londinense, se vea interrumpida por el agravamiento de salud de un magistrado que conforma la mesa de decisiones frente a este caso.

Recordemos que la empresaria alemana interpuso una demanda contra el padre del Rey Juan Carlos bajo cargos de persecución en su contra y en perjuicio, además, de su hijo Alexander, quien para las fechas en las que supuestamente acontecieron los hechos señalados, era aún menor de edad. El juez que llevaba la causa decidió a favor de la comparecencia del Rey Juan Carlos, luego de desestimar que la figura del exsoberano aún se encuentra protegida por la inviolabilidad legal que reviste a su antiguo cargo como Jefe de Estado español y ahora se libra una batalla campal para impedir que la querella legal proceda.

De acuerdo a lo expuesto por el diario "El Cierre Digital", la vista oral que tenía por objeto que los juristas procedieran a negar o aprobar el recurso de apelación interpuesto por el equipo defensor del Rey Juan Carlos, debía celebrarse este lunes, 11 de julio, pero fue pospuesta hasta nuevo aviso.

Este revés, que podría interpretarse como un retardo procesal desafortunado, podría ser la luz esperanzadora que permita a los representantes legales del Emérito intentar ofrecer a Corinna Larsen y a su equipo un acuerdo extrajudicial que evite la celebración de un juicio de carácter civil.

De hecho, el Rey Juan Carlos no es el único que aparece como único señalado en medio de todo este litigio. Larsen también mencionó al exdirector del CNI Félix Sanz Roldán, quien, supuestamente, habría amenazado con ultimarla mediante recursos "sutiles" y coercitivos como la aparición inexplicable en su residencia en Mónaco de un libro en el que se explicaba como los servicios secretos británicos y la CIA tuvieron que ver con el deceso de Lady Di.