Charlène de Mónaco y sus varios intentos por recuperar el amor y el tiempo perdido con sus hijos

En estas últimas semanas, Charlène de Mónaco ha demostrado que está lista para hacer frente a su rol institucional después de un año verdaderamente tortuoso. Sin duda, ha sido un gran regreso a la vida pública. Además, tanto ella como su esposo el Príncipe Alberto tienen un gran motivo para celebrar, ya que sus hijos, los príncipes Jacques y Gabriella, esta vez son los absolutos protagonistas en la jornada más tierna de toda la semana.

El Club Náutico de Mónaco se convirtió este viernes en el escenario perfecto para la entrega de galardones a los ganadores de la iniciativa 'Seadventures Summer Camp' y en esta oportunidad incluyeron a los pequeños hermanos en las actividades, que les permitieron conocer las maravillas del mundo marino y la navegación. Es por ello que el Príncipe Alberto y Charlène de Mónaco acudieran a este evento, en el que no pudieron sentirse más que orgullosos.

Al igual que sus demás compañeritos de misión, los pequeños príncipes recibieron cada uno dos medallas y junto a sus padres posaron muy contentos por el logro alcanzado. Pero quien se distinguió en esta oportunidad fue el propio Príncipe Grimaldi, que no pudo evitar sacar una camarita que llevaba consigo para tomar sus propias capturas e inmortalizar un momento tan significativo como este.

Estas vacaciones estivales se han convertido en una verdadera aventura para los hijos de Charlène de Mónaco, quienes parecen haber heredado el amor de su madre por las actividades asociadas al mar. De hecho, la revista "¡Hola!" ha expuesto que para Jacques y Gabriella su contacto con las actividades como la natación, se estableció desde muy temprana edad. Por este motivo, es que antes de esta ceremonia ya estuvieron en un curso de buceo inicial y salvamento ofrecido por la academia marina monegasca, también conocida como la Ecole Bleue.

Es así como la sudafricana intenta recuperar el tiempo perdido con sus pequeños tras un año de completa ausencia mientras afrontaba sus problemas de salud y un posterior decaimiento en su salud mental, que requirió además su reclusión en una casa de reposo fuera de Mónaco. En este sentido, también se le ha podido ver cada vez más cercana al Príncipe Alberto, con quien ha compartido muchas sonrisas y complicidad en las últimas actividades de agenda que han compartido. Se avizoran mejores días para Charlène de Mónaco y un posible giro de tuerca favorable en su rol institucional, en el que muchos estiman que podrá finalmente encontrar su lugar dentro del ensoñador -y difícil- principado monegasco.