El peor error que la Reina Letizia habría cometido contra sí misma y que le ha restado belleza

La Reina Letizia ha retomado esta semana su agenda institucional de forma exitosa y tras haber superado su fase de contagio por coronavirus, se integró a varias actividades ya programadas por Casa Real, por lo que podría decirse que todo ha vuelto a la normalidad después de un ligero susto ocasionado por este revés en su situación de salud. También apreciamos que ya se puede ver su rostro por completo, debido a que hasta hace dos días decidió finalmente desprenderse de la medida preventiva del uso de la mascarilla y en este sentido hemos puesto suma atención, pues el diario El Español ha decidido someter a análisis sus líneas faciales bajo increíbles parámetros y los resultados han sido más que sorprendentes.

Porque sí, hay quien defienda que aunque la Monarca es bastante guapa y ha logrado retrasar con éxito el paso del tiempo gracias a algunos retoques estéticos más que evidentes, prefieren su rostro de origen cuando pasó de ser la periodista estrella del telediario vespertino a convertirse en Princesa de Asturias. Este podría ser un tema de debate, pues si bien es cierto que su belleza traspasaba la pantalla en aquellos días y cada ángulo era perfecto, hoy en día, los detalles que no le gustaba ver en el espejo desaparecieron gracias a la magia de estos procedimientos y hoy por hoy, la prensa internacional la reconoce como una de las royals más bellas de toda Europa.

Sin embargo, hay un factor incuestionable que podría contradecir a la Reina Letizia en cuanto a lo que podría ella percibir como una noción de belleza mejorada. La fórmula matemática para calcular la armonía del rostro en las personas, mejor conocida como la de Fibonacci, ha sido aplicada en algunos retratos de la Reina Letizia antes de que se sometiera a sus notables tratamientos estéticos y el resultado ha sido concluyente: en una escala de 1 al 10 donde el mayor número supone el de la perfección proporcional, sus facciones alcanzaron la importante cifra de un 9,22, gracias a la línea perfecta de su mirada y el marco de sus cejas y su rostro estaba perfectamente alineado a la de la contextura original de su rostro.

Ahora, según lo expuesto por el diario ya mencionado, si se evalúa nuevamente el rostro actual de la Reina Letizia (después de algunos de los retoques ya atribuidos por el ojo preciso de expertos en el área médica), ¿cuánto sería su índice actual? De acuerdo a una nueva medición todo parece indicar que la Soberana terminó restándose un poco de aquella simetría áurea que la acompañó durante casi toda su vida, pues la escala arrojó un 7,76 sobre 10.

Esto quiere decir que la Reina Letizia actualmente posee unas facciones que le otorgan una belleza "normal" frente a sus días de periodista y Princesa, en los que podía contar con una belleza casi 'perfecta' y la razón que permite sustentar esta afirmación procede justamente de la rinoplastia que redujo las proporciones de su nariz y la modificación de su mentón, aparentemente "más suave" que otrora, pero era justamente este el que daba la proporcionalidad perfecta de su contorno facial. Además sus cejas parecen más levantadas y esto hace que se altere el marco de su mirada de forma sustancial.