Mario Vargas Llosa debe ser uno de los autores vigentes más leídos, por lo que no sorprende que cuente en su haber con un Premio Nobel. La literatura es su ámbito de desempeño desde siempre, pero con el paso de los años también se ha convertido en un referente político. Sus ideas conservadoras lo han puesto en un rol de líder que quizás no buscó, pero en el que hoy se lo ve a gusto. No obstante, Isabel Preysler lo empujó a conocer otros ambientes.

Del mismo modo que Miguel Boyer introdujo a Isabel Preysler en el ámbito político y gracias a su posición ella conoció a muchas personalidades del sector, ahora la reina de corazones ha animado a Mario Vargas Llosa a introducirse en un círculo al que él por iniciativa propia jamás se hubiese acercado: el de la prensa del corazón. Una década atrás, resultaba imposible imaginar al artista charlando con una revista del corazón o dejando sobre la mesa una confesión sobre su intimidad, pero ahora eso es moneda corriente.

La primera vez que Mario Vargas Llosa dio señales de que se sentía como pez en el agua en la tertulia, fue cuando aseguró que Isabel Preysler no había interferido en su matrimonio. Sus declaraciones tuvieron lugar luego de que Patricia, su exmujer y madre de sus hijos, manifestara que las fotos que confirmaron el romance salieron a la luz días después de que toda la familia celebrara en Nueva York sus 50 años de casados. En ese momento, comprendimos que teníamos entre manos a una estrella en potencia.

Mario Vargas Llosa, dispuesto a polemizar con sus hijos para no desaparecer de la agenda

Si bien es cierto que las apariciones del oriundo de Arequipa en los medios siempre fueron para responder ataques de otros, hay quienes consideran que lo mejor hubiese sido llamarse al silencio. El hecho de que decidiera responder públicamente, implicaría una intención deliberada de su parte por mantenerse vigente y quizás eso fue lo que hizo cuando su hijo Gonzalo lo acusó de haber invitado a sus nietas a un evento, pero sin avisarles que allí habría prensa y que debían posar con la madre de Tamara Falcó, lo cual para él era inaceptable. Entonces, Mario Vargas Llosa defendió a Isabel Preysler de su hijo y aseguró que ella había demostrado querer mucho a sus nietas, quienes a su vez ya eran mayores de edad y podían elegir libremente a cuál fiesta asistir.

El último movimiento tuvo lugar hace algunos días y generó todo tipo de especulaciones, cuando Mario Vargas Llosa informó que ya no duerme con Isabel Preysler porque pasa las noches en su casa familiar de Madrid. Si contamos cada una de las oportunidades, caemos en la cuenta de que en realidad el autor tiene más encuentros con la prensa que con su pareja, por lo tanto, estamos ante el caso típico de que el alumno superó a la maestra.