¿Qué sería de Telecinco sin Rocío Carrasco? Nos hacemos esa pregunta porque la empresaria se ha convertido en la nueva estrella del canal y la gran mayoría de los segmentos giran alrededor de su figura, por supuesto sin olvidar a Rocío Jurado. Y es que ya no solo contamos con la serie documental y los debates posteriores en el plató, sino también con la presencia de la nueva estrella en apariciones especiales.

Este viernes, Mediaset decidió dividir la programación de “El Deluxe” entre Anabel Pantoja, quien se ha convertido en el gran motivo de debate de “Supervivientes” y Rocío Carrasco, que se sumó al programa para ampliar sus declaraciones vertidas en los episodios cero, uno y dos mediante las preguntas de los colaboradores. También porque en el día de ayer ha tenido lugar la inauguración del museo en honor a Rocío Jurado.

Todavía no terminamos de dilucidar si es la serie o el museo lo que ha provocado más controversias, pero claro está que con ambos tópicos la madre de Rocío Flores se ha mantenido en agenda. De todos modos, reconocemos que el museo de algún modo es noticia, ya que se trata nada más y nada menos que de una inauguración postergada durante 16 años, el gran sueño pendiente de Rocío Jurado y uno de los mayores focos de conflicto familiar.

La frase con la que Rocío Carrasco demostró que no solo sabe encontrar culpables fuera

En el contexto antes mencionado y ante la atenta mirada de María Patiño, quien oficiaba como conductora del segmento, Rocío Carrasco asumió que lastimó a Rocío Jurado cuando dejó su casa para seguir a Antonio David Flores (a quien no nombró), pero que ese fue su único error. De todos modos, la incipiente tertuliana matizó su declaración al asegurar que visitaba a su madre cada tres semanas y que el vínculo que las unía era espectacular, como intentando dejar en claro que su equivocación no es comparable a las cometidas por su familia mediática.

Rocío Carrasco y el resto del clan evidentemente están en una pulseada por determinar quién quiso más y mejor a Rocío Jurado e intentan traer al presente las hazañas de cada uno para demostrar que el que se equivocó fue el otro. Por supuesto, la verdad nunca llegará por ese camino, pero al menos en este caso, la madrileña lleva las de ganar ya que aquel arrebato por dejar su casa no es nada que no hayan hecho miles de adolescentes en todo el mundo. No así las cosas que se les achacan a “la jauría”, como ella los llama.