REY JUAN CARLOS

El peor y más costoso legado del Rey Juan Carlos que aún el Rey Felipe no puede sacarse de encima

Por los momentos, el actual Monarca prefiere hacer de cuenta que no existe.
domingo, 31 de julio de 2022 · 12:27

Hubo un tiempo idílico que se prolongó por varias décadas en el que, durante el reinado del Rey Juan Carlos, la familia real protagonizó verdaderas postales veraniegas en su paso por Palma de Mallorca a bordo de los famosos yates "Fortuna", a los que tantas leyendas urbanas se han referido. Muchas de ellas, paradójicamente, bastante desafortunadas, y que, al sol de hoy, todavía constituyen un motivo de tensión para la gestión actual del Rey Felipe, quien, además, es un gran aficionado de las actividades navieras.

El Rey Juan Carlos fue el gran poseedor de las embarcaciones "Fortuna".

¿Quién podría dudar de la simbiosis existente entre los borbones y el mar, desde los días de Don Juan de Borbón? Pero además, ¿quien podría dudar que estas embarcaciones, que alguna vez fueron la estancia flotante de lujo del Jefe de Estado y sirvieron como parte de las funciones de representación para mandatarios y familias reales extranjeras, fue el gran elefante blanco del Rey Juan Carlos?

De hecho, es hoy un rezago de una historia familiar que el Rey Felipe prefiere no recordar, puesto que este acorazado marítimo perdió gran parte de su valor original luego de que los descalabros financieros cometidos por el Rey Emérito comenzaran a salir a la luz pública, hecho que refrendan diarios como La Razón.

La residencia marítima del Rey Juan Carlos en sus mejores años de reinado es motivo de vergüenza para el Rey Felipe.

Se asegura que el Fortuna ni siquiera encontraba clientes interesados para comprarlo por piezas luego de que Casa Real decidiera deshacerse de él, al declararse incapaz de asumir los altos gastos de mantenimiento que requería para su funcionamiento, especialmente después de que el Rey Felipe no mostrara interés alguno por volver a utilizarlo.

Según versa el diario destacado, la embarcación privada del Rey fue un obsequio que empresarios de las baleares ofrecieron al Rey Juan Carlos y que, en su momento, tenía un valor de 20 millones de euros. Luego del caso del elefante de Botsuana, se quiso vender en diez, es decir la mitad de lo que costó, y entre vueltas y vueltas la última oferta que en la actualidad prevalece sin ningún interesado aún, es de apenas 3 millones de euros. ¿Qué opinión le merecería al Rey Juan Carlos este hecho que refleja su victoria y caída de forma tan particular?

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