Estamos en época de vacaciones y eso quiere decir que la Princesa Leonor está más visible. Durante algunas semanas estará en nuestro país, retomando las fuerzas para volver a sus estudios en Londres, y en ese proceso la Infanta Sofía es su compañera infaltable. Ya lo demostraron en las jornadas que pasaron, pero principalmente en el día de ayer. Se quieren como no suelen hacerlo los miembros de la Realeza y eso constituye un gran motivo de análisis.

La Princesa Leonor estuvo ayer en el Museo Dalí junto con a la Infanta Sofía y ambas se destacaron por ese rasgo que ya parece ser su marca personal: la sonrisa. Se mostraron muy simpáticas ante los asistentes, pese a que la Heredera del Trono tuviese una lesión en su mano izquierda y no todos los presentes estuvieran allí para felicitarlas.

La hija mayor de Doña Letizia y la Infanta Sofía lucieron tan correctas como siempre, pero no fueron sus atuendos lo que más sorprendió, sino el rol protagónico de la segunda. Sabemos que la figura que importa realmente es la de la mayor de las hermanas por su relevancia institucional, pero más de uno, seguramente, por estas horas estará pensando que quizás a la más pequeña le agrada más el futuro de Reina que a su consanguínea.

La Infanta Sofía, tan cómoda como la Princesa Leonor de cara al público

En la jornada de ayer, la Infanta Sofía no ha ocupado un rol secundario y quien no conozca a la Princesa Leonor quizás creyó que en realidad era su hermana la futura Reina. Saludó a todos los presentes con mucha alegría, estrechó su mano con la de desconocidos y hasta se dejó fotografiar. Luego se trasladó al vehículo que la esperaba y allí dialogó animadamente con el personal de seguridad. Sin lugar a dudas, está muy a gusto con acompañar a su hermana y no le interesa que los flashes no estén dirigidos a ella.

El protocolo dictamina que la Princesa Leonor debe estar acompañada de la Infanta Sofía porque son un mutuo apoyo, tal como siempre lo han sido la Reina Sofía y su hermana Irene. No obstante, es probable que en breve tengan que limitarle las funciones a la benjamina ya que, de lo contrario, podría generar sensaciones contradictorias en el público. ¿Se imaginan que de repente la sociedad apruebe más a Sofía que a su hermana? Ese sería un auténtico escándalo que querrán evitar a toda costa.