Seguramente, muchos lectores coinciden con nosotros en la idea de que Rosa López no tiene en la industria musical el lugar que se merece. Pensemos nada más en que David Bisbal no fue el ganador de la primera edición de Operación Triunfo, pero, de todos modos, ha conseguido ser más exitoso aquí y en el mundo que su colega y gran amiga. Ese es un fenómeno que está en constante análisis.

Hay quienes hablan de carisma, de suerte y hasta de que Rosa López no estuvo en las manos del mánager adecuado y que por eso no ha logrado trascender al nivel de su talento. Puede que todas esas opciones sean válidas a la vez, pero ella misma alguna vez puso sobre la mesa otra razón: la de la pena. Rosa considera que, si ganó el certamen, fue lisa y llanamente porque el público se compadeció de ella.

Pero claro, la pena no puede mantener a una estrella en la cima de por vida, con lo cual resulta lógico que enseguida todo aquel brillo de la oriunda de Láchar desapareciera y otros colegas suyos la opacaran. Quizás allí también tuvieron lugar sus problemas económicos, aquellos que la complicaron con Hacienda y que la obligaron a desprenderse de varios artículos de lujo a los que accedió con el primer dinero que ganó. Sin embargo, algo ha cambiado y seguramente no muchos lo saben.

Rosa López tiene una nueva vida, una que nos obliga a mirarla con otros ojos

Puede que aquella mirada compasiva y hasta de desdén se termine al saber que Rosa López ya no tiene los problemas económicos que alguna vez arruinaron su paz. De hecho, según ha informado el portal Vanitatis, sus números están bastante resueltos y tiene entre manos una serie de proyectos que no son propios de una persona que está en bancarrota. Por ejemplo, tiene previsto salir de gira, lanzar su propia marca de ropa, un perfume y también una autobiografía.

Esta es una buena noticia porque habla no solo de que Rosa López está bien, sino de que podría estar todavía mejor. ¿Por qué creemos que la salida a la luz de estos datos podrían beneficiarla? Porque generalmente nadie apuesta ni un centavo por un artista que se sabe que está en decadencia, con lo cual la buena fortuna de la cantante bien podría sacarla de aquella imagen de mujer frágil que necesita protección. Quizás es hora de que, quienes administran su marca, se replanteen su futuro.