El recuerdo más humillante que la Reina Sofía no puede olvidar por culpa del Rey Juan Carlos

El próximo mes de agosto se cumplirán dos años desde que el Rey Juan Carlos decidió, de forma "voluntaria", salir de España con destino hacia Abu Dabi. Sin embargo, no es el único evento de carácter histórico que se puede rememorar por estas fechas, pues, en su vida personal, también trascendió un hecho que en su momento supuso grandes incertidumbres y mucho dolor para la Reina Sofía ante la llegada de una tercera en discordia por la que el Emérito manda todo al traste, la bella socialité mallorquina, Marta Gayá.

Por estos días, en el año 1990, la revista "Tiempo" destapó un triste escándalo sobre la relación extramarital en la que, recordemos, incluyó la confesión telefónica del padre de Felipe VI a su gran amigo Josep Cusí en la que expuso "Nunca he sido tan feliz": el Rey Juan Carlos preparaba la mayor humillación para su esposa, la Reina Sofía, y que, por supuesto, incluía a Marta en el cóctel de la más descarada infidelidad.

En aquella ocasión, se planeaba una gran cena de verano que el exrey y su Consorte preparaban en honor al Príncipe Aga Khan en Palma de Mallorca y que tendría lugar en una lujosísima embarcación perteneciente al ilustre invitado. Una vez que se concretó y todos los asistentes estaban a punto de iniciar la velada, apareció el Príncipe Tchokotoua, y con Marta Gayá de su brazo.

El Rey Juan Carlos, que en ese momento bebía los vientos por la hermosa mujer, se levantó inmediatamente de su asiento para recibir los recién llegados, cuestión que hizo entender a los presentes porque la velada se había retrasado hasta 20 minutos sin mayor explicación. El desplante más público a la Reina Sofía estaba servido como plato fuerte. Ningún aperitivo podría abrirle el apetito después de semejante escena.

A pesar de que su relación dejó de existir hace ya unas décadas, medios como "Vanitatis" afirman que el Rey Juan Carlos nunca dejó de interesarse por la "eternamente bronceada" Marta Gayá, quien hasta el presente se mantiene como una leal amiga que no solo trasciende de vez en cuando entre las líneas del papel cuché, sino que ha acompañado al Emérito en sus peores horas, como sus primeros días en Abu Dabi luego de su salida de España, e incluso, el exsoberano hizo girar un millón de euros a su favor, por medio de la extinta Fundación Lucum, cuando supo que la mallorquina tenía problemas económicos. Esto trascendió cuando salió a la luz en 2011 el controversial caso Nóos.