Charlène de Mónaco lo hace de nuevo: el grave desplante que dejó en seco al Príncipe Alberto

La Salle des Etoiles del Sporting Club de Montecarlo se revistió de brillo, glamour y mucho estilo este viernes, para darle vida después de dos años de suspensión por el paso de la pandemia, a una de las celebraciones tradicionales que congrega de lleno a toda la familia Grimaldi, el Baile de la Rosa. Un evento social de talla internacional al que han acudido incluso grandes personalidades destacadas del mundo del espectáculo como Sabrina Dhowre, Carlos Felipe de Orleans, Shirley Bassey y Janet Jackson, pero la figura más estelar y esperada de todas decidió ausentarse sin explicación. Hablamos, por supuesto, de la esposa del Príncipe Alberto, Charlène de Mónaco. Así lo recogió el diario "La Razón".

La verdad es que a la sudafricana ni se la ve ni se la espera en este imperdible encuentro del jet set mundial, en el que su cuñada, la Princesa Carolina, suele brillar como siempre en cada ocasión que decide enfundarse en el rol de primera dama junto a su hermano para esta celebración. No es la primera vez que lo hace y desde hace varios años su ausencia ya ni se excusa desde el Principado. En este sentido, ya ni las formas se guardan para tapar las distancias entre Charlène de Mónaco y los royals monegascos.

En los mentideros reales, siempre se ha difundido que Charlène de Mónaco dejó de asistir a este baile debido a que es de los muy pocos eventos anuales que reúne en su totalidad a los Grimaldi y su relación con ellos es bastante penosa. Sin contar los problemas de protagonismo entre ambas mujeres y la supuesta incomodidad que genera en la exatleta ese ambiente tan 'pijo', con el que no se identifica demasiado.

Sean cuales sean las razones que mantienen a Charlène de Mónaco alejada del Baile de la Rosa, es cierto que cada año se renueva entre los medios la esperanza de su reaparición. Pues en sus primeros años de relación con el Príncipe Alberto no solo asistía, sino que parecía divertirse con sus cuñadas Carolina y Estefanía. Luego de su matrimonio, la situación empeoró, al punto que la Consorte prefería volver a Sudáfrica por otro año más, antes que pasar unas tres horas en compañía de su familia política.

Cabe destacar que esta podría ser una situación más que favorable para la salud física y mental de la esposa del Príncipe Alberto. Poco a poco, ha retomado con éxito su vida institucional y ha recuperado su cálida sonrisa, por lo que debe preservar esta significativa mejoría, aunque esto signifique mantenerse apartada de algunas situaciones y personas que no contribuyen con este delicado, pero significativo, proceso personal por el que aún atraviesa.