Ha sido el concursante más criticado en “Supervivientes”. Kiko Matamoros, según Isabel Rábago, nunca tuvo la más mínima intención de ganar el reality. Vivió una cruda travesía de 70 días y salió de la isla hondureña con algo más en su cabeza y en su corazón. La periodista en su columna de esta semana se mete en la piel del colaborador “más temido”.

Ha tenido que soportar las altas temperaturas, una humedad en ocasiones asfixiante, tormentas tropicales que apabullan y rugen dantescas sobre todo en las oscuras noches hondureñas y lo peor de todo,  la convivencia con personas que poco o nada tienen que ver ni con él, ni con su vida.

La periodista expone que la convivencia en un lugar inhóspito no es fácil. Y mucho menos para alguien como Kiko Matamoros. Tener que fingir que algo te interesa o escuchar una conversación sin sentido y mostrar simpatía es algo que “mina la paciencia”. “A todo ello hay que sumar la lucha diaria por la supervivencia física, y cada día tienes que pelearte por un ridículo trozo de coco o por cuatro granos de arroz, cosas que, desde la tranquilidad de un salón, con la nevera llena es imposible que nadie se aproxime a sentir lo que se llega a pasar en aquellas islas”, escribe Isabel Rábago.

En su texto también señala que "las cosas más nimias destapan auténticos tsunamis en las paradisiacas islas de 'Supervivientes' que alimentan los debates en los platós". Isabel Rábago describe que la peor lucha es la batalla que se produce en el interior. "La lucha contra tus propios demonios y ese es el premio más importante que te llevas. Demonios que salen libres y se agudizan cuando la oscuridad desdibuja el horizonte de las islas y solo te guías por la inmensa luna de Honduras".

Un examen de conciencia

Isabel Rábago sabe de primera mano que quienes pasan por "Supervivientes" intentan limpiar su conciencia. Quizás el tertuliano se ha sorprendido de sí mismo con todas estas experiencias que no llevan ningún tipo de filtro. "Pero Kiko ya ha regresado, ha vuelto con cerca de veinte kilos menos, pero creo que con más salud de la que se pudo imaginar. A su lado ya disfrutan de él unos hijos que lo adoran y una novia que soñaba cada día con la protección de su amor. Ahora a Kiko le toca disfrutar de lo que sí controla de los tiempos televisivos y de la experiencia de la que todos aprendemos cada día de él. Y ante determinadas críticas le digo lo que le dije nada más aterrizar 'Felicidades porque solo los que hemos estado entendemos lo que pasamos allí'. Bienvenido a casa", sostuvo.