Juan Urdangarin huye de Bidart y se encuentra en el único lugar donde la Reina Sofía podría buscarlo

¿Quién lo habría imaginado después de todo lo que ha ocurrido? Completamente inesperado ha sido el reencuentro entre Iñaki Urdangarin y la Infanta Cristina al escoger Bidart como punto vacacional la semana pasada. Aunque se los vio juntos -pero no revueltos- para pasar algunos días con sus hijos, Pablo, Miguel e Irene, entre playa, sol y arena, la postal familiar permanece incompleta, pues Juan Urdangarin no está en ella.

En una de sus más recientes ediciones, la revista ¡Hola! amplió la razón por la cual el primogénito de la expareja fue el gran ausente de estos días de vacaciones. Actualmente, se encuentra en La India, pues desde hace varios meses decidió unirse a una ONG. Vale destacar que no es la primera vez que lo hace.

Camboya fue el primer destino elegido por Juan Urdangarin al cumplir sus 18 años. Lo hizo de la mano del proyecto del jesuita Enrique Figurado, quien se ha vinculado con causas humanitarias desde 1985. Ahora ha cambiado el destino, ha escogido el subcontinente asiático como su lugar en el mundo hasta que decida regresar a España.

Siendo el más introvertido de la familia, hubo mucha preocupación a su alrededor una vez que se descubrió la traición de Iñaki hacia su madre. Incluso, se llegó a afirmar que Juan Urdangarin requirió de ayuda psicológica para poder lidiar con este hecho, ya aunado a otros problemas enlazados a la fuerte presión y hostigamiento que sufrió en los días del caso Nóos.

Tal vez la situación de sus padres tuvo en parte que ver con la determinación del joven aristócrata de poner tierra de por medio, y realmente no pudo escoger un lugar mejor para dedicarse al voluntariado (país que lo une a su abuela, la Reina Sofía, pues la Reina Federica de Grecia y su hermana Irene vivieron allí por varios años), y sanar internamente si así lo desea.

Mientras tanto, en Bidart, la familia extraña a su integrante más solidario, intentan recomponerse y enfrentar una nueva dinámica en la que los veranos ya no serán en la unión familiar, sino programadas, el desapego entre los padres es la máxima y los hijos deberán elegir con quién estar.