La Reina Letizia y el gran desacierto que no pudo evitar en Palma de Mallorca

Mientras que la gran mayoría de los medios apuntan a que este verano en Palma fue estelar para la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, la veterana mediática Pilar Eyre está en completo desacuerdo. A sus ojos, la estrella de estas vacaciones estivales fue sin duda la Reina Letizia, mientras que su esposo e hijas fueron "accesorios" que orbitaban a su alrededor. No es que la esposa del Jefe de Estado así lo quisiera, pues para ella crucial es que su prole destaque, pero en esta oportunidad quien acaparó los focos fue ella.

En su blog "No es por maldad" de la revista 'Lecturas', Eyre ponderó la puesta en escena de la Reina Letizia en sus fantásticas apariciones, tanto oficiales como públicas en la balear. Eso sí, sin dejar de imprimirle su particular ojo para los detalles a través de su afilada pluma.

Apropiadísimos consideró, por supuesto, los pantalones cortos a rayas azules y blancas que la Soberana lució en su último recorrido por la balear "que pueden estar en el armario de cualquier adolescente" y con los que presumió sus piernas bronceadas, todo su estilismo le restó favorablemente unos cuantos años, más de lo que logró "su último retoque estético en los pómulos, el mismo que se ha realizado la mujer de Pedro Sánchez". Formidable.

Sorprendida ha quedado la querida Pilar Eyre con las reseñas de la prensa extranjera, extasiada con las últimas capturas de la Reina Letizia a coleta batiente por la paradisíaca isla. Apartadas quedaron la muy simpática Máxima de Holanda, la mojigatería de Kate Middleton y las impávidas princesas nórdicas, la Soberana ha desplazado a la competencia veraniega y se anota un 10/10 en la escala de apreciación, excepto quizás por la revista italiana 'Oggi', que señaló que la Reina Letizia parecía la hermana mayor de sus hijas.

Ahora que la familia royal está en medio de sus vacaciones secretas, para Pilar Eyre no es motivo de sorpresa la gran capacidad de la Consorte para organizar estas escapadas sin ser percibidos por la prensa, al señalar que aprendió este fino arte de Corinna Larsen, quien organizó su luna de miel, la de verdad, no el paripé del recorrido aquel por España en sus primeros días de casados, pero bien merecidos los días de descanso al final de cuentas. En su regreso, la Reina Letizia deberá continuar con su apretado ritmo de trabajo para salvar el buen nombre de la corona, mientras le imprime emoción a la cobertura mediática, sin ella tendríamos a un Rey amable y educado sin pulso alguno y a sus hijas, muy hermosas, educadas y con estilo, pero completamente fantasmales.

Pese a que se extraña la visual de la familia real, no es que podamos quejarnos y en eso la controversial Pilar Eyre tiene tantísima razón. ¿Cuánto material nos ha dejado la Reina Letizia en seis apariciones para apenas diez días de viaje? Hay suficiente tela para cortar y con permiso de todos, ahora merecen total privacidad, si después de todo viven bajo el escrutinio público durante el resto del año, especialmente la Soberana, entre aciertos y desaciertos estilísticos y uno que otro gesto ante cámaras.