Este miércoles, no han sido la revista 'Lecturas' ni '¡Hola!' las que han dado el batacazo informativo de la semana, sino 'Diez Minutos' con Iñaki Urdangarin en primera plana y desbordado en llanto dentro de su coche, mientras su novia Ainhoa Armentia trataba de consolarle. Ante este inédito hecho que no encuentra pronta explicación, nos aventuramos junto al medio 'Libertad Digital' a desentrañar las posibles causas que motivan al quiebre emocional -y muy público- que muy a su pesar ha protagonizado el exbalonmanista.

Por increíble que parezca, hay quien duda de la veracidad de la primera narrativa que indica que el vasco efectivamente lloraba. La periodista Beatriz Cortázar, por ejemplo, durante su participación en el programa 'Es la mañana de Federico', pide ver algún vídeo en el que se demuestre que efectivamente estaba tan afectado como se ha relatado. A su juicio "es verdad que la gente que conoce a Urdangarin te dice que es muy sensible, que es llorón, que lo ha pasado muy mal y tiene motivos para llorar. Este señor puede estar llorando o puede estar muerto de la risa. Creo que esto se complementará con el vídeo".

Lo ha pasado muy mal y tiene motivos para llorar.

Así queda el espacio a la duda, pero la insistente versión inicial sobrevive, es decir, la de una conversación que se habría prolongado en el interior del coche de Iñaki Urdangarin por aproximadamente unos 25 minutos, de los cuales la mayoría transcurrieron con el exatleta entre lágrimas y una preocupada novia que trabara de arroparle, aunque no resultara posible del todo. Una primera mirada refiere a que la causante en todo caso podría ser la Infanta Cristina con alguna complicación en su proceso de divorcio. ¿Viable? Perfectamente, aún cuando su reencuentro en Bidart en días pasados se suscitara en términos bastante civilizados.

La que parece quedar descartada es la opción de una posible crisis de pareja entre Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia, en opinión de otra de las colaboradoras del programa, Sandra Aladro. "Me queda claro que no es una crisis con su pareja, ya que cuando le sucede lo que le sucede, él lo que hace es esperar en doble fila para esperar a que ella llegue y ella se ausenta de su puesto de trabajo para bajar a consolarle".

Las razones de Iñaki Urdangarin para la tristeza

La verdad es que al vasco le sobran razones para abatirse. Su situación laboral está en paro, pues ninguno de los proyectos profesionales que tenía previstos parecen avanzar, aún vive en casa de su madre, pese a que supuestamente rentó un departamento con Ainhoa en una urbanización tranquila y acomodada en Vitoria y su divorcio no parece concretarse tan pronto como el estimaba.

Además, a Iñaki Urdangarin aún le queda adaptarse a una nueva dinámica familiar en la que sus hijos han debido distribuir sus tiempos vacacionales entre él y la hija de los reyes eméritos para disfrutar de algunos momentos familiares. Son nuevas dinámicas y muchos cambios a su alrededor, tal vez demasiado difíciles de procesar en tan poco tiempo y por ello ha estallado sin más ni más.