Ella es la royal que no podría jamás tener amistad con la Princesa Leonor ni otras herederas europeas

Mientras todos comentan la complicada situación de la Princesa Leonor en términos de representatividad con su "circuito natural" entre casas reales al ser siempre la gran ausente en las grandes celebraciones privadas, al menos se sabe que su marcada posición como heredera al trono español le permite la entrada por la puerta grande a otros reinos cuando el momento sea preciso, bajo la consideración oportuna de los reyes y la Zarzuela. Pero hay un caso que sorprende y entristece, debido a las pugnas familiares y el desarraigo forzado, es el de la Princesa Carolina de Hannover, hija de la espectacular Carolina de Mónaco y el polémico Principe Ernesto de Hannover.

La par royal de la Princesa Leonor es la gran execrada de las pompas reales en otras latitudes y así lo confirma el portal Mujer Hoy, ni siquiera figura en intenciones como invitada, a pesar de que hasta hace muy poco tiempo era la única en presumir ni más ni menos que su título de Princesa en los reinos de Reino Unido, Hannover en Alemania y en el Principado monegasco, gracias al exquisito linaje de sus progenitores. ¿Pero qué es lo que ha motivado a que su nombre no destaque en el gotha europeo y no pueda ampliar su círculo e influencias?

Todo señala que ante los ojos de otras casas reinantes, Alexandra de Hannover vendría siendo una princesa versión "

light, es decir, hija de otra Princesa, además emparentada con un trono alemán disuelto en 1886 y para el mayor de los colmos, el abolengo y ranciedad de esta familia se desdibuja entre sonadas peleas internas por caballos y castillos, con escenas públicas por exceso de alcohol y demandas incluidas. Ante este espectáculo, sobra decir que los esfuerzos de Carolina de Mónaco por mantenerse atada legalmente en su matrimonio con el escandaloso Príncipe Ernesto para asegurar el futuro de su hija en la herencia familiar y los títulos que contrajo la joven al nacer, han sido infructuosos y no dieron los resultados que ella esperaba.

Esto es precisamente lo que separa a la joven aristócrata del camino de otras herederas como la Princesa Leonor, Amalia de Holanda e Ingrid Alexandra de Noruega, aunque estratégicamente, Alexandra se ha movido hacia el lado de los Grimaldi al renunciar a la religión luterana, convertirse al catolicismo y por supuesto convertirse desde 2018, en una miembro más al servicio de la familia real monegasca.

Por los momentos, no parece que la situación de la hija de Carolina de Mónaco varíe de forma considerable en el futuro. Recibe excelentes invitaciones a desfiles de moda, especialmente por parte de las casas Chanel y Dior e importantes eventos en el principado tal como sucede en el caso de su madre y su hermana Carlotta Casiraghi pero nada más que eso, y aunque destaca por su belleza y presencia en sus apariciones públicas, no parece suficiente para deslumbrar a otros enclaves alineados a su distinción y origen. ¿Sorprenderá como invitada de excepción en el 18 cumpleaños de la Princesa Leonor entendiendo los buenos vínculos entre el Príncipe Alberto y los Borbones? Amanecerá y veremos.