El despróposito contra la Princesa Leonor que prepara La Moncloa para su cumpleaños 18

En tan solo horas, la Princesa Leonor se embarcará en una nueva aventura escolar para culminar su etapa del bachillerato entre los muros del Castillo St. Donats en Gales. Allí la espera todo un ciclo lectivo lleno de nuevos aprendizajes y el reforzamiento de valores como la solidaridad, la pluralidad y la integración social enmarcados entre sus dos grandes condicionantes para llevar a cabo todas sus tareas de forma exitosa: mucha autodisciplina y un gran sentido de la responsabilidad para afrontar la máxima duda que todos nos formulamos ante el momento en que retorne definitivamente a España, cuando deba dar su paso "obligatorio" como toda una heredera en regla al cumplir los 18 años de edad en 2023.

Esto tiene que ver con su esperada jura como Princesa de Asturias ante las Cortes, prevista si el calendario de elecciones presidenciales lo permite, para el mismo día en el que alcanzará la mayoría de edad, es decir el 31 de octubre del año próximo y que desde tribunas como la revista Vanitatis se considera un paso a dar que hoy por hoy se encuentra "innecesariamente politizado". Esto se debe a intereses partidistas, enfocados en extender matrices interpretadas de cualquier forma o bajo total desconocimiento para desmerecer la tradición monárquica. Específicamente, el medio apunta al partido Unidas Podemos, aliado político del actual presidente de Gobierno Pedro Sánchez, quienes tildan este acto solemne como un rito de tintes "medievales".

Lo que no parecen entender estas facciones políticas es que esta ceremonia. preconcebida como del medioevo y que enlazan a la Monarquía actual, es de carácter primeramente constitucional, en el que ni más ni menos, la heredera al trono tendrá su primer acto público de acatamiento a la Carta Magna nacional, bajo la promesa sagrada de apegarse a lo establecido en su tinglado jurídico. Democracia, se llama.

Sin embargo, lo caduco o añejo que pueda parecer o no esté acto centrado en la proclamación de la Princesa Leonor en su cargo bajo lo amparado por la Constitución en su artículo 61.2, palidece ante el deseo expreso de Pedro Sánchez por agotar una legislatura cercana al día del cumpleaños de la Princesa Leonor. Si en diciembre del 2023 se celebran elecciones presidenciales, lo propio es disolver las cámaras parlamentarias meses antes. ¿Qué le quedaría a la heredera? Jurarse ante la Diputación Permanente de las Cortes y no ante las plenas, cómo inicialmente corresponde. Pero para el Ejecutivo no pasa nada, total “el 31 de octubre no se acaba el mundo”, como afirmó al Jefe de Estado en su último encuentro en Mallorca.

No obstante y más allá de sus posiciones contrapuestas, la jura de Leonor sí que es un acto de marcada importancia, pero ahora se sabe que no tiene exactamente que ser el mismo día de su 18 cumpleaños si es que este es el problema que subyace entre Moncloa y Casa Real para ponerse de acuerdo. Es un paso siguiente que tendrá lugar en la fecha que ambas instituciones precisen de común acuerdo y de preferencia, con la seriedad que requiere y así lo expresa Vanitatis de forma tajante.

La jura de Leonor es un importante rito de pasaje para una heredera a la que hemos visto poco, aún conocemos poco y necesitamos escuchar más. Por tanto, nada de ceremonia por la puerta de atrás, sino sesión solemne y con luz ante el Parlamento y las cámaras salidas de las nuevas elecciones, pues nada obliga a que la jura sea, necesariamente, el mismo día.