REINA SOFÍA

La desgracia de esta royal es la razón por la cual la Reina Sofia no puede dejar al Rey Juan Carlos

Esta historia de terror acecha a la Emérita y justifica muchas de sus acciones.
martes, 30 de agosto de 2022 · 11:42

Hasta la mujer más enamorada puede desencantarse y decepcionarse y llegar a un punto irreversible en el que la separación no es una opción viable, sino la única, pero la Reina Sofía es quizás el caso más conocido que se corona como la verdadera excepción de la regla. ¿Qué la motivó a quedarse junto al Rey Juan Carlos durante décadas de matrimonio fallido? ¿Sería la recomendación de su madre, la Reina Federica de Grecia en aquellos tempranos años cuando la Emérita huyó a la India? ¿Acaso sus propias convicciones y hasta la marcada obsesión de ver a su hijo coronarse? Pues quizás algo de ello hubo, y también un tercera razón desconocida para muchos. La caída en desgracia de su cuñada, Ana María junto a su hermano Constantino fue clave. Su caso era exactamente el escenario que le tocaría si ella hubiera renunciado a seguir junto al exsoberano.

Es cierto que la Reina Sofia vivió durante su infancia el desarraigo y la incertidumbre propia del exilio, pero la historia de su cuñada fue, sin demasiados adornos, el infierno sobre la tierra. "La Reina de los mil días" —tal como se la conoció luego de que la azotada militar que invadió a Grecia amenazara a la familia real al punto de tener que abandonar el país de forma intempestiva— tuvo de todo: el terror de la persecución, sus hijos atemorizados y el dolor de haber perdido un embarazo en medio de la huida.

Los reyes Constantino y Ana María (der), la Princesa Irene y la Reina Federica (cen) y el Rey Juan Carlos y la Reina Sofía (izq). Fuente: (Foto de archivo)

A partir de allí, la Reina Sofía pudo ver desde España y con absoluto dolor cuál es el destino que espera a una Consorte desterrada, sea cual sea el motivo: el abolengo, la historicidad y las relaciones de hermandad y cercanía con otras casas no son nada frente al hecho de vivir como un paria errante, sin fortuna y a merced de la caridad de los nobles o familiares royals dispuestos a asumir los millonarios costos que suponen ayudar a sus pares. En las crónicas de la época, el propio don Juan Carlos debió enviar algunos trajes a Constantino, pues abandonó su país con lo que llevaba puesto.

Roma, Copenhague y Londres son las ciudades que acogieron a la familia caída en desgracia y echaron mano de todos los familiares entre griegos, daneses (recordemos que la Reina Ana María era hermana de la Reina Margarita de Dinamarca) e ingleses, pues en Gran Bretaña el duque Felipe de Edimburgo, esposo de la Reina Isabel también era griego, unido en consanguinidad con el Rey Constantino. De allí que, durante casi 40 años, vivieran en una lujosa residencia en la localidad de Hampstead, bajo el manto protector de la propia Soberana y así fue como los hijos de la pareja depuesta pudieron vivir cómodamente, volver a relacionarse con otras familias royals y sus hijos acceder a excelentes centros educativos.

La familia griega actualmente se ha recuperado de sus tragedias pasadas, marcadas por un exilio de proporciones millonarias. Fuente: (Instagram)

Este nuevo asentamiento permitió a la Reina Sofía volar constantemente al país vecino para estar cerca de los suyos. Fueron tantas las veces que se vio a la Emérita circulando entre Madrid y Londres que se llegó a asegurar a través de la prensa que la Reina Madre española se había residenciado de forma permanente allí. Nada más alejado de la realidad, pero definitivamente era algo a tomar en cuenta, ya que el propio Rey Juan Carlos comenzaba a sufrir los estragos mediáticos de sus varapalos legales y financieros, ya expuestos ante el juicio de los españoles.

Para la Reina Sofía, este fue el llamado definitivo y como diría aquel viejo dicho "puso sus barbas en remojo al ver las del vecino arder". Separarse, divorciarse de su díscolo marido ya no debía caber siquiera como un pensamiento posible. ¿Qué le esperaría luego de eso? ¿Perder sus privilegios, su puesto como Consorte real y esperar por el retorno que podría no suceder nunca? Y no es que solamente ver a su querida hermana política en las peores condiciones sería la única experiencia vívida. La situación actual del Rey Juan Carlos es prueba de que la edad tampoco es determinante. Puede ocurrir en cualquier momento y sin previo aviso.

Cargando más noticias
Cargar mas noticias