La Infanta Cristina aclara lo que siente por Iñaki, pero ahora deja más dudas que certezas

La Infanta Cristina está ofendida ahora mismo. Ofendida desde enero de este año, cuando se enteró de las andanzas de Iñaki Urdangarin con Ainhoa Armentia, de la misma forma que el resto de España, a través de aquella portada de "Lecturas" en la que se destapó el escándalo del año. Ofendida cuando se dijo que su hija Irene era su pilar en este amargo trance cuando más bien era la madre quien resultaba ser el apoyo de la niña, y ahora, después de todos estos meses, sigue ofendida porque todos creen que aún aún está enamorada de Iñaki Urdangarin. Por ende, si hay alguien que puede ayudarle a transmitir un mensaje "aclaratorio" sobre este último tema, es nuestra querida colega Pilar Eyre, eso sí, siempre con su fantástico estilo mordaz para explicar porqué ya no deberíamos pensar en ello, si la exduquesa ya tiene todo bajo control.

En principio se debe entender que el proceso de la Infanta Cristina pasó por tres etapas: el disgusto inicial después del shock, el cabreo posterior y luego viene un período de enfriamiento que trae consigo el desamor y la indiferencia. Al menos así funciona para el común de los casos, aunque en el suyo hay algunos puntos suspensivos que distan del común proceder de cualquier otro mortal en su posición.

Porque según Eyre, "Esa imagen bobalicona que dan de ella la ofende profundamente, porque cree que atenta contra su dignidad de mujer" pero a ver, que si acaso alguna acción que otra en la que ha incurrido genera dudas, pues valga la aclaración que lava todos los pecados. Lo ha hecho todo por sus hijos.

A pesar de que la Infanta Cristina en meses pasados debió salir de su eterno hermetismo para aclarar que no habría "perdón ni reconciliación" con Iñaki Urdangarin, en el proceso sí que le facilitó muchas cosas, como el boleto de avión para que viajara a Ginebra y arreglara las cosas con la pequeña Irene o pagar las vacaciones en la Formentera junto con los hijos que comparten. Nuevamente, esto fue solo por los chicos, pasarle dinero a espaldas de su padre, el Rey Juan Carlos, es para ayudar a los chicos a superar el trauma de vivir con padres separados.

Pero como según la hija de los reyes eméritos afirma, todo está superado, Pilar Eyre pide en su nombre encarecidamente que no se confundan las cosas, "no sigan diciendo que está enamorada de su todavía marido", pues como podemos ver, no hay razón para ello, al menos que ella quiera aceptar, no.