A partir de la publicación del extenso reportaje del medio "El País Semanal" que rescata en exclusiva datos inéditos sobre las costumbres y hábitos más desconocidos de la Reina Letizia; ahora el digital "Monarquía Confidencial" da un golpe al tablero y redobla la apuesta al dar a conocer el lado inexplorado de la vida privada del Rey Felipe. Sí, es cierto que la Soberana tiene sus fijaciones, pero el Monarca también y algunas resultan tan curiosas como inesperadas. Justamente es en el momento el que debe tomar un avión para desplazarse, un asunto bastante común como parte de sus actividades como Jefe de Estado en aras de economizar tiempos y abarcar más actividades en un período determinado.

Está información ha sido recogida por medio de los testimonios de las personas que viajan junto al Soberano con cierta frecuencia. Una de esas acciones que nadie entiende muy bien, es el hecho de que sí o sí debe tener una botellita de agua para beber minutos antes de despegar. Nadie sabe si se trata de un ritual secreto o una práctica recomendada para evitar ciertos efectos al permanecer suspendido a varios miles de pies de altura o es producto de la casualidad. Una vez que otra está bien, pero todas las veces, sí que resulta curioso.

¿Quién recuerda aquellos días en los que algunos medios se hicieron eco de la supuesta narcolepsia que sufría el Rey Felipe en su adolescencia? Dicen que siempre se quedaba dormido en todas partes y sus días de internado en Canadá fueron infernales, pero ahora parece ser tema superado, excepto cuando viaja en el Airbus A310 del 45 Grupo del Ejército del Aire. Allí, el Jefe de Estado no pierde lugar para echar una cabeceadita y despejar la mente antes de llegar a destino. Cuando el sueño no le gana, se pone a charlar con las personas que lo rodean, ya sea la tripulación o sus guardaespaldas, sino aprovecha para hojear algunos periódicos.

Caso contrario al del Rey Felipe, refiere el mencionado medio que sucede con Pedro Sánchez, presidente de Gobierno, quien parece no poder quedarse quieto mientras va a bordo del Falcon 900, también perteneciente al Ejército del Aire. Con este ánimo de "no perder el tiempo", revisa informes, lee varios documentos, redacta algún discurso y si viaja junto a periodistas conversa con ellos. En resumidas cuentas, no deja el trabajo ni siquiera en las alturas.

Sin embargo, es de los dos quien más críticas recibe por el frecuente uso de estos aviones de metal, al considerarse que resulta perjudicial para el medioambiente, amén de los costos que supone el mantenimiento del aparato y gastos en combustible para que el Ejecutivo pueda trasladarse. A propósito de ello, sus defensores alegan que es la única forma en la que puede hacer frente a sus compromisos sin que el tiempo ni la distancia sean motivo para ralentizar su acelerado ritmo de trabajo.

Las mañas de los reyes

Aunque esto comprueba que el Rey Felipe tiene ciertas "mañas" como cualquier persona, frente a los temas de su esposa, la Reina Letizia, son perfectamente pasables. ¿Compartirá la Consorte con su esposo sus caramelos de menta infaltables en su cartera o la acompañará a comprar tomates en Carrefour de vez en cuando?