Ella es la próxima visita que el Rey Juan Carlos recibirá para no sentirse tan solo en el exilio

Desde que se anunció la decisión definitiva y "voluntaria" del Rey Juan Carlos de residir fuera de España en el 2020, cuando el Coronavirus era apenas conocido y nadie esperaba todas las olas lamentables de enfermedad y tragedia que trajo consigo, seis días ocupó a la prensa nacional en medio de rumores y especulaciones encontrar su ubicación y la sorpresa posterior no fue para menos. ¿Quién pensaría que el Padre de la Democracia española terminaría ni más ni menos que en un emirato árabe?

Medios como "Informalia" contabilizan que el Rey Juan Carlos ha pasado tres veranos entre la soledad, la incertidumbre y un carnaval o retorno en el pasado mes de mayo que terminó con el rapapolvo del año en Zarzuela, cuando el Rey Felipe, avergonzado y dolido, debió dejar a un lado el cariño familiar para plantarse ante su padre bajo su investidura como Jefe de Estado.

Pasado el vaporón desde aquella audiencia privada (no tanto, al menos después de tantos detalles circulantes), al Emérito no le queda en la actualidad más remedio que esperar pacientemente, como Penélope, por la llamada desde Madrid que le permita volver a España. Mientras tanto, algún buen momento le queda en estos días de altas temperaturas con la visita de la Infanta Cristina, quien, esta vez y según lo ha revelado el diario "El País", se ha unido a su padre en viaje corto y sin la compañía de su hermana, doña Elena.

Estos reencuentros son los que rescatan al Rey padre de su letargo casi rutinario en la solitaria isla de Nurai. Sus hijas lo entienden bien e intentan, siempre que pueden, visitarle para amenizar sus días. Si esto no fuera posible, sus días en Abu Dabi habrían sido muy duros para soportar y así lo han refrendado muchas veces sus amigos más cercanos, quienes expresan su preocupación por el Rey Juan Carlos y su estado anímico.

En medio de temperaturas que llegan a sobrepasar los 44 grados a la sombra, el Rey Juan Carlos se mantiene expectante. Tres veranos, dos años y una decisión a su favor que nunca llega. ¿Cuántos agostos serán necesarios para que la suerte del ex-Rey cambie?