La Reina Letizia y el tema incómodo que siempre vuelve para perseguirla, libro nuevo, polémica nueva

De niña bailarina a joven periodista y de allí, el salto de su vida, de mujer de medios a Consorte de un Rey. Así fue la vida de la Reina Letizia, al menos en media línea. Sabemos que en los entresijos de su vida, hay puntos altos y bajos que, si midiéramos con un electrocardiograma, sería un sobresalto tras otro. Está próxima a cumplir 50 años este 15 de septiembre y, por supuesto, para la prensa y el mundo editorial es tiempo de celebración con la publicación de un nuevo libro: Letizia. Una mujer real de Carmen Duarte, que nos propone verla como una persona de carne y hueso, es decir, como madre, mujer y Reina.

El diario El Español pudo conversar con Duarte para adelantar un poco de lo que podremos conocer a través de sus años de investigaciones, de historias que conoce y la percepción que muchos tienen de una mujer que cambió su carrera por el amor de un Monarca. ¿Ha cambiado tanto? ¿Mantiene pura su esencia? Eso solamente se logra determinar en las distancias cortas. Es una excelente profesional y rígida en ocasiones, pero siempre se asegura que al tratar con la Reina Letizia directamente, su halo es distinto, pues es ocurrente, elocuente y simpática, pero se lo reserva a quienes considera les puede confiar ese lado suyo, ella jamás será una Máxima de Holanda, con todo respeto.

El encanto que tiene la Reina Letizia según la escritora y que tanta influencia tiene sobre los distintos públicos (no importa quién la quiera y quién no, siempre agotará de los stocks de cuántas prendas se ponga) es su dualidad. Es guapísima, pero no es tonta, y le gusta vestir y verse bien, pero sin caer en monotonía de los largos y la tiara. Un día nos ofrece un abrigo de ensueño de Carolina Herrera y al día siguiente un precioso vestido de Mango. De hecho y para profundizar un poco, recibe su medio siglo vivido con los brazos abiertos, pero ese cuento de "envejecer con gracia" no va con ella; si puede retardar el paso del tiempo y siempre verse así de joven y tonificada, lo hará sin dudarlo y sin importar qué pensemos el resto.

Además, nadie duda que sea una madre abnegada. Esta es, sin duda, la faceta más importante de su vida y su rol más importante dentro de Casa Real. Si bien su forma de llevar a cabo sus actividades es un camino que ella eligió por voluntad, pues constitucionalmente es su esposo quién dirige, la educación de sus hijas sí es un tema inherente a ella y que nunca cedió a nadie, ni a las yayas, ni a institutrices o cualquier otra figura que no fuera ella. Es exigente con sus hijas, pero no significa rigidez extrema, no es que le teman por cometer algún error protocolar. En la Reina Letizia, Leonor y Letizia encuentran a una madre que las amará y les ofrecerá la mejor educación, todo a partes iguales, pero también será amiga, confidente, apoyo y sobre todo una guía en medio del brillante pero ajetreado futuro que les espera.

Por último, ¿cuál sería, en la visión de Carmen Duarte, la relación que tiene la asturiana con el Rey Felipe después de casi 20 años de unión? Pues la misma que tendría cualquier matrimonio con altas y bajas, pero, además, con ese marcado nivel de dificultad que representa levantar una institución perseguida por los errores de otros ("otro", mejor dicho). Pero más allá de eso, lo importante es el gran aporte que la Monarca trajo consigo desde que en 2004 unieron sus vidas. Con la Reina Letizia llegó la normalidad, el acercamiento del Jefe de Estado con la vida fuera de los palacios. Una mejor puesta en escena con mejores discursos, mayor soltura en cámaras, un soplo de aire fresco. Ahora, la Soberana se encuentra mucho más cómoda en su rol pues encontró su lugar. Tiene agenda propia, puede extender mensajes públicos, y voz suficiente para echar a andar a Casa Real.