Victoria Federica y sus temas de identidad que explican el por qué de su comportamiento

Es interesante, atractiva pero no guapa, esto hay que decirlo. Al menos no como sus primas rubias ojiazules. Victoria Federica tiene apellidos, abolengo y oportunidades, pero en realidad nadie apostaba hace algunos años que su fama y notoriedad ascendería a la escala masiva que hoy podemos apreciar. Ha cumplido 22 años este 9 de septiembre en la cúspide de la fama nacional y con serias intenciones de alcanzar un objetivo cada vez más viable: convertirse en la musa de un gran diseñador.

Entre los mentideros de la crónica social, se comenta que Victoria Federica pronto despegará y su distancia de otros influencers como María del Jaime, María Pombo y Tomás Páramo será más evidente en términos laborales. Lo de ella es otra cosa, su destino está en los grandes front rows de las pasarelas de la moda en París, Londres y otras capitales de la moda.

De ello se encarga actualmente su padre, Jaime de Marichalar quien según expuso el diario El Mundo en una reciente publicación, una periodista fue testigo en una cena ofrecida por una amigo empresario en común que la complicidad entre ambos en increíble. Con él Victoria Federica no escatima en mimos y carantoñas y el exduque de Lugo está absolutamente orgulloso de ella y así lo comentó en medio de la velada. "Mi hija es totalmente Marichalar, me recuerda mucho a su abuela", mientras que otro presente afirmó no tiene nada Borbón".

Sin embargo prudente es decir que a Victoria Federica le queda mucho recorrido por andar antes de convertirse en la digna heredera de su padre en el mundo de la moda. No hay semana en la que la hija de la Infanta Elena no estelarice alguna noticia donde deja ver su gusto por la movida nocturna, un alto tren de vida que por sí sola no podría costearse, rumores sobre posibles romances de verano y su cabreo cuando descubre que otra celebrity lleva el mismo vestido que ella en una photocall.

Es un largo camino en el que entre otras cosas, su comportamiento debería comedores un poco, así como su turbia interacción con la prensa  y sobre todo, guardar las debidas formas cuando ocurren contratiempos en público. Sin embargo son apenas 22 años, queda tiempo para aprender y demostrar que lo suyo va en serio y definitivamente desea destacar y mantenerse en el tiempo.