Escocia despide a la Reina Isabel entre el dolor de la Princesa Ana y la vergüenza de Andrés

Este lunes 12 de septiembre, Escocia ha dado su último adiós a la Reina Isabel. Su cuerpo fue trasladado desde el Castillo de Holyrood hasta la Catedral de St. Giles en un cortejo póstumo (de la que solo formó parte la Princesa Ana) y reposará en este recinto hasta el próximo lunes, cuando finalmente sus restos mortales arriben a Londres para proseguir con los respectivos honores de Estado que honran su legado histórico y su memoria.

Como parte de los actos previstos en la localidad escocesa, se llevó a cabo la Vigilia de los Príncipes en el interior de la capilla, con una marcha solemne encabezada por el Rey Carlos, pero protagonizada por su hermana, quien decidió romper el protocolo y no solo permanecer de pie junto a una de las esquinas del ataúd, sino que también eligió llevar en esta ocasión de excepción su uniforme militar.

Esta tradición que inició con el fallecimiento del Rey Jorge VI, padre de la Reina Isabel, consiste en la custodia del féretro únicamente por los hijos varones del Monarca fallecido, y estableció que debía durar toda una noche. Sin embargo, para esta triste ocasión ha sido reducido a solo unos minutos durante el ocaso y la Princesa Ana, quien no ha podido ocultar su enorme sentimiento de dolor, ha sabido hacer frente a esta ceremonia con mucha dignidad y entereza como parte de la misma.

Mientras que la única hija de la Reina Isabel ha llevado con orgullo el uniforme militar que ostenta a su vez los títulos que su madre le confirió en vida, como Capitana General de los Royal Marines, almirante y comandante en jefe de mujeres en la Marina Real, también su hermano menor, el Principe Andrés ha destacado al ser el único en llevar traje civil en rígido luto.

Recordemos que los escándalos que vincularon al Duque de York con los delitos perpetrados por el desaparecido millonario Jeffrey Epstein, que derivaron en una demanda interpuesta por una presunta víctima, obligaron a la Reina Isabel a despojarlo de sus honores militares, por lo que su presencia en esta vigilia deslució frente a sus hermanos, cada uno provistos con sus respectivos uniformes y títulos, derivados de su brillante paso por los componentes de la Royal Army.