Lo que está detrás de la admirada y supuesta "cortesía" entre Iñaki Urdangarin y la Infanta Cristina

Lo peor ha pasado. Los primeros meses fueron intensos y desgarradores, la premisa siempre fue no coincidir en lo posible y desde Ginebra, la premisa que se sostuvo fue la de "ni perdón ni reconciliación", pero en la actualidad, la cuestión pinta bastante distinta. la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin han demostrado total capacidad para sobrellevar su situación y lograr cierta armonía en lo familiar y por el bien de sus hijos. Así lo recoge Vanitatis a propósito de su encuentro más reciente en Ginebra y con su hija menor, Irene Urdangarin.

Esta sería entonces su insólita tercera reunión en menos de un mes. La anterior fue durante la despedida de su amigo en común, el empresario Eduardo Roldán quien falleció hace unas semanas y sus restos mortales fueron velados en Jaca. Allí, los exduques de Palma, (especialmente doña Cristina), dieron muestras de verdadera madurez y tolerancia, e incluso se les vio tomar algo en un restaurante de la zona, luego de su presencia en el velatorio

Pero en esta ocasión, es Iñaki Urdangarin quien se traslada hasta Ginebra para visitar a su hija, y de acuerdo a lo difundido por personas cercanas a la expareja, sus esfuerzos por llevarse bien dentro de los límites de la cortesía y el respeto, es un trabajo conjunto que llevan por el bien de sus hijos, de sus respectivas familias que también han sufrido está separación e incluso, por su propia paz y estabilidad emocional, cuestión que verdaderamente van a necesitar, puesto que se encuentran en fase de negociaciones para dar celebridad a su proceso de divorcio.

Un punto a resaltar y que resulta paradójico, es el hecho de que antes del estallido de la traición de Urdangarin, la pareja al menos de cara al espectro público, no sé frecuentaba tantas veces como ahora, cada quien con vida apartada. Lo que si se mantiene es la poca frecuencia con la que Urdangarin viaja a la ciudad helvética, aunque falta no ha hecho. Tanto la Infanta Cristina como sus hijos se movilizan con mucha frecuencia entre países y ciudades autónomas, así que se facilitan siempre los reencuentros familiares.

Ambos, tanto la Infanta Cristina como Iñaki Urdangarin, se enfrentan a una nueva vida que nunca estuvo en planes. La proyección de la hija de los eméritos en cierto punto, cuando Iñaki alcanzaba el grado 3 de la causa judicial por el caso Nóos y luchaba por la obtención de su libertad condicional, era que una vez alcanzado este punto, su marido pudiera trasladarse hasta Ginebra, residir junto a ella y su hija, y finalmente vivir una vida tranquila en una ciudad en la que podían pasar totalmente desapercibidos. Sin embargo, el destino -y el propio exatleta- jugó en contra. Hoy por hoy esto queda totalmente descartado.

Es difícil desentrañar en qué estatus se encuentra para la fecha presente, su proceso de separación en lo legal, aunque se sabe que comienza el proceso de negociaciones. Aunque intentan llevarse lo mejor posible, Vanitatis expone que Iñaki Urdangarin guarda cierto rencor hacia su expareja y la familia real porque "no le han apoyado y no le han dado todo lo que le prometieron después de entrar en prisión".

Ante este escenario, se explica que la Infanta Cristina ha debido recordar a su familia que ni aquí es el padre de sus hijos y compartió con ella casi 30 años de vida en común cuestión que habría motivado el insólito viaje del Rey Juan Carlos hacia Ginebra con la intención de facilitar algunas gestiones pendientes a favor del vasco, para mayor tranquilidad de su hija y con la clara intención de aplacar la incomodidad de Iñaki Urdangarin y que no se convierta en un molestia posterior, cuando se encuentre libre de nexos maritales y de aproximación con la familia Borbón. Pero a otra cosa y esto será otra historia que se desarrollará en otro momento.