El gesto del Rey Juan Carlos hacia la Reina Letizia que jamás veremos en Londres

Este próximo lunes, 19 de septiembre, el Rey Felipe y la Reina Letizia se unirán en Londres a unas dos mil personalidades, entre representantes de las principales monarquías europeas, líderes mundiales y renombradas figuras políticas de la escena internacional, para asistir a los últimos honores de Estado en honor a la Reina Isabel. Hasta ahora, la matriz que cobra más fuerza es que no acudirán solos, sino que los Reyes eméritos, el Rey Juan Carlos y doña Sofía, también asistirán. Si eso sucede, es posible que el Emérito y su nuera se encuentren, para la mayor de sus desdichas.

Sin embargo, podría ser que, contrario a lo que pensamos, las cosas no sean tan fatalistas después de todo. En caso de que efectivamente el Rey Juan Carlos asista, como se estima, su reencuentro con la Reina Letizia sea incluso cordial, pues dos años han pasado desde que el padre del rey Felipe decidiera retirarse de forma voluntaria hacia Abu Dabi y quizás las distancias y el tiempo hagan lo propio, para sanar algunas viejas heridas.

Después de todo, entre el Rey Juan Carlos y la Reina Letizia no todo fue tirantez y pésimas opiniones o campañas discriminatorias contra la asturiana. En un momento hubo cierta simpatía, al menos entre el exmonarca y los familiares de la Soberana, algo que trae a cuento el medio digital 'LeoNews'. A modo de anécdota contaba sobre sus intentos para tratar de que la recepción a los Ortiz Rocasolano en el Palacio Real no fuera tan sobrecogedora ni intimidante, como terminó siendo de todas formas.

El digital detalla un hecho casi insólito qué ocurrió en el Palacio del pardo con fecha del 6 de noviembre del 2003, cuando se celebraba la petición de mano del Rey Felipe y la Reina Letizia, a la que por supuesto asistieron los relativos familiares de la consorte. En todo momento, aunque trataron de encajar y adaptarse en tiempo récord a las complejas reglas de protocolo del palacio, se los apreciaba muy felices pero bastante tensos. El Rey Juan Carlos, al notar la incomodidad de la inexperta familia ante el enjambre de reporteros que aguardaban por la confirmación oficial de la noticia, decidió romper el hielo para que se sintieran más tranquilos.

Lo que se le ocurrió al Emérito fue sentarse en el suelo y largar algunos chistes y anécdotas que la simpática familia supo apreciar como un gran gesto por parte del entonces Monarca, quien les repetía para calmarles "son solo periodistas". Tan carismático y cercano les pareció el Rey Juan Carlos y sus modos campechanos, que incluso aseguran que doña Enriqueta, la abuela de la Reina Letizia, se habría "enamorado" de él, pues lo hallaba cercano, como si fuera un familiar más. Lamentablemente, estos gestos entrañables no se extendieron hacia la entonces Princesa de Asturias, quien siempre debió lidiar con los desprecios de su suegro.