El regalo que la Reina Isabel hubiera querido recibir de sus nietos

Con motivo de la prosecución de los actos póstumos en honor a la memoria de la Reina Isabel, este sábado, 17 de septiembre, el mundo pudo observar dos hechos notables durante la "Vigilia de los Príncipes" que se llevó a cabo en el salón principal de Westminster Hall. El Príncipe Harry, ubicado junto a Guillermo, volvió a vestir el uniforme militar aún cuando debió retornar a la corona sus títulos y honores militares. También estuvo la presencia del resto de los nietos de la Reina Isabel, que se podían ver justo detrás en actitud solemne y vestidos con riguroso luto.

En primer orden, los hijos de la Princesa Ana, Zara Tindall y Peter Phillips, han custodiado el féretro de la Reina Isabel justo detrás del Príncipe de Gales, mientras que las hijas del Príncipe Andrés, las princesas Beatriz y Eugenia, han hecho lo propio detrás del de Sussex. Los pequeños James y Lady Louise, prole del Príncipe Eduardo, permanecieron justo en medio.

De todos los nietos de la Soberana, quien se ha mostrado inconsolable es la Princesa Beatriz: no ha podido retener algunas lágrimas desde el anuncio del deceso de su abuela. En cada una de sus apariciones públicas siempre es enfocada mientras se secaba las lágrimas del rostro y era arropada por su hermana y su prima, Zara.

Luego, la atención de la prensa término centrada en los atavíos a militares que han lucido Los príncipes Harry y Andrés en medio de los sepelios en honor a la matriarca de los Windsor. Se trata de una mera dispensación especial que Carlos III ha permitido por la circunstancia extraordinaria y que de ninguna manera repercutirá en el futuro, sino que obedece a un acto de respeto hacia su madre y sería algo que habría querido apreciar.

Por alguna razón que se desconoce, Kate Middleton y Meghan Markle no han asistido a esta vigilia que forma parte de los actos póstumos para recordar a la Reina Isabel, pero en su lugar sí lo ha hecho Sophie de Wessex, esposa del Príncipe Eduardo. Podría tratarse de una estrategia discreta que intenta diluir la atención de ambas figuras y concentrarla en el sentido homenaje.