Jesulín de Ubrique aparca la paternidad para volver a un lugar que no comparte con María José

Paniza se rindió a los pies de Jesulín de Ubrique. Los zaragozanos le dieron una calurosa bienvenida en la plaza de toros. Lo acompañó en la arena Jorge Isiegas, quien no ocultó su felicidad al participar al lado de uno de los grandes en su regreso al coso taurino tras haber sido padre por cuarta vez.

A sus 48 años de edad, el torero demostró que aún está en forma. La revista "Look" captó los diferentes momentos, las sonrisas, los saludos y halagos que recibió de los presentes en una soleada tarde. El apoyo fue enorme, pues lo arroparon en cada corrida y muchos quisieron sacarse una foto junto a él.

Esta es la segunda vez que el hijo de Humberto Janeiro despierta las pasiones después de haber tenido su cuarto hijo con María José Campanario. Anteriormente, se adueñó de la plaza taurina el pasado mes de julio, en el festejo para conmemorar el centenario del coso de la localidad zaragozana de Maella.

Jesulín de Ubrique disfruta de su paternidad a pleno y por eso ha extendido su parón profesional. “Mi vida ha cambiado radicalmente. Fui padre muy joven y me pilló más fuera de casa que dentro. Ahora yo aparco los compromisos”, comentó en una pasada entrevista para la revista “¡Hola!”.

Él tiene claro que sus prioridades son otras. No está mal volver a los ruedos, pero sabe que puede y quiere variar la frecuencia. “Mi prioridad es estar en casa con mi familia. Gracias a Dios, sé lo que quiero hacer. No es todo el dinero. Si me hubiera movido por dinero, no hubiera parado por casa. Me llaman todos los días para hacer cosas”, dijo.

Gracias a Dios, sé lo que quiero hacer. No es todo el dinero.

Padre por siempre, torero hasta que aguante

Jesulín de Ubrique tuvo una breve carrera como cantante. Con su disco y el tema "Toda" causó furor. Pero él mismo se sintió en otro cuerpo y abandonó esa faceta. Pagó como 70 mil pesetas enemigos para que lo dejaran ser lo que era: torero. Lo único que lo ha sacado de su mundo ha sido la paternidad.