Las oscuras intenciones que esconde el Rey Juan Carlos en su trato cordial hacia Doña Sofía

Han pasado algunos días desde que en medio de las exequias de Estado en honor a la memoria de la Reina Isabel II, tanto el Rey Juan Carlos como la Reina Sofía lograran justamente aquello que la Casa Real tanto temía, acaparar atención indeseada gracias a entrañables segundos de complicidad y algunas risas entre ellos. Ahora, cierto detalle salió a la luz y aunque en principio hubo alguna que otra ilusión al respecto, pues se creyó que era un gran indicio de la buena relación que han logrado cosechar en tiempos de marcada separación geográfica, desde espacios como el programa 'Socialité' en Telecinco, hay severas sospechas sobre las razones que incitan al emérito a comportarse de forma tan cercana con su esposa.

Una vez descubierto el origen del anillo que eligió llevar el Rey Juan Carlos en su reencuentro público con la emérita, que data desde sus mejores días como pareja y que fuera un regalo de la Reina Federica de Grecia, suegra del exsoberano, fueron muchas las opiniones que proyectaron una significativa mejora en su relación, al punto de situar el asunto como un "reconocimiento especial" del emérito hacia doña Sofía.

No obstante, entre los mentideros reales, algunas voces se han levantado para ofrecer una versión distinta que busca cortar con tanta dulzura, pues se asegura que habría cierta intencionalidad oculta por parte del Rey Juan Carlos en el ánimo de limar asperezas con la mujer a quien apenas soportaba durante sus últimos años de reinado. Se sabe, pedía a sus jefes de la Casa Real organizar viajes por separado para tolerar su presencia el menor tiempo posible y que en dos años nunca tuvo intención alguna de visitarla en Abu Dabi. ¿Cómo es que de pronto se convierten en los mejores cómplices de la jornada londinense del lunes pasado?

Pues la cuestión respondería a la estrategia del Rey Juan Carlos de recuperar el cariño y la confianza de la Reina emérita, con detalles discretos pero significativos y un mejor trato del que le ha brindado en décadas con el fin de buscar su perdón. Si debe reírse de cualquier chiste flojo, lo hará sin dudar, ¿mayor afecto? Por supuesto, ¿más detalles? Cuantos ella considere suficientes. Después de todo, lo que se juega esa posibilidad de volver a España en el menor tiempo posible es conseguir en la emérita a una gran aliada que le ayude a lograrlo, de ser posible, para además regresar a Zarzuela. No a Sanxenxo, no a Sevilla ni alguna otra ciudad ni comunidad autónoma. El exrey aspira volver a palacio.

Aunque es imposible conocer si efectivamente esta motivación podría ser real o producto de las lucubraciones de las voces detractoras contra el emérito para desprestigiar sus intenciones, la verdad de este proceder, que evidencia un reencuentro más que cordial entre la pareja, es solo algo que el propio Rey Juan Carlos conoce y si hay algo de cierto entre las sospechas, tarde o temprano se descubrirá.