La tentadora propuesta que el Rey Felipe nunca puede rechazar así la Reina Letizia no esté presente

Como todo bien Borbón, al Rey Felipe le encanta la buena mesa (pues no todo es comer pescados azules y verduritas, ¡perdón Doña Letizia!) y es bien sabido que el monarca nunca pierde oportunidad para dejarse atrapar por las bondades de la gastronomía local en algunos de sus viajes fuera de Madrid. Esto exactamente es lo que sucedió en su última visita a Burgos, cuando rodeado de la grata compañía de sus compañeros de promoción de la Escuela Naval Militar, decidió entrar en un restaurante conocido de la zona, y así lo recogió 'Antena 3' en su versión digital.

Fue así como los trabajadores y hasta el propio dueño del restaurante no daban crédito a lo que veían, cuando el Rey Felipe muy sonriente ingresó a las instalaciones como si de cualquier paisano se tratase. Aunque no pudimos conocer en esta oportunidad qué platos escogió para degustar y se rumorea que pudo ser morcilla, chorizo y lechazo, el propietario del local no tuvo reparos en comentar que el Rey Felipe estuvo durante su estancia "muy a gusto y muy relajado" y no dudó en tomarse la acostumbrada foto de familia junto al personal y que hoy les enorgullece y no dudan en mostrar en redes sociales.

Sin embargo, hubo otras ocasiones en las que sí se pudo llegar a conocer algunos de los gustos del Rey Felipe cuando decide comer afuera. Cómo olvidar aquella ocasión hace 2 años cuando el Monarca y la Reina Letizia en su paseo por la Avenida de Las Canteras, en Las Palmas de Gran Canaria, estaban a punto de marcharse en el coche oficial, cuando una simpática voz que provenía de uno de los establecimientos cercanos le invitó a conocerlo bajo una propuesta que no pudo rechazar, "¡Alteza, venga pa´ca a comer jamón!". ¿Quién dijo no? los reyes no lo dudaron ni por un segundo y ahí estaban junto a la camarera que les ofrecía lo mejor del establecimiento.

Lo mismo ocurre cuando el Rey Felipe regresa a la isla de Palma de Mallorca después en medio de las vacaciones estivales e incluso después. No es la primera vez que luego de cumplir con sus compromisos, el Jefe de Estado siempre encuentra tiempo para reunirse con sus amistades locales y juntos recalan en algún buen chiringuito de esos recomendados, con buen sabor a la carta y abundantes proporciones. Muy comentada fue la ocasión en la que el Rey Felipe pidió patatas fritas, pues nunca las come en casa.

En caso de que haya dudas, siempre es bueno aclarar que ninguna de estas apariciones inesperadas por parte del Rey Felipe o los miembros de la familia real (el núcleo duro al menos, incluida la Reina Sofía) degustan platos a la carta por cortesía de la casa, de hecho está prohibido para ellos y la cuenta siempre se paga antes de abandonar el establecimiento. Las sonrisas, las fotos y la grata experiencia sí que son gratuitas.