El último gasto turbio del Rey Juan Carlos en España que salpica a sus nietos Urdangarin

Como padre, el Rey Juan Carlos cometió algunos errores, como esposo, ni hablar, y no es justamente el suegro más querido. Sin embargo, supo convertirse en un abuelo excepcional, que vela por seis de sus ocho descendientes hasta el presente y, aunque sus métodos parecen bastante turbios, la verdad es que ha sabido consentir a los chicos Urdangarin y Marichalar tanto como ha podido. Que lo culpen por otras cosas, él sabrá por qué, pero abuelos como él definitivamente no abundan.

Una nueva exclusiva de 'Vanitatis' demuestra con documentación fidedigna y solvente la procedencia del coche Volkswagen Golf GTE del 2020 que conducen Juan, Pablo y Miguel, los hijos de la Infanta Cristina. Según los datos suministrados por este medio, fue "adquirido ese mismo mes en contrato de renting por Juan Carlos Borbón y Borbón. Fue en plena pandemia, cuando terminaba el confinamiento domiciliario y pocos meses antes de que el rey padre abandonara nuestro país de forma indefinida. El contrato, suscrito en Alcobendas, termina en mayo de 2023".

Por ende, hasta esta fecha, los tres hijos mayores del Emérito podrán disfrutar del vehículo, cuya renta y seguro contra siniestros no costean, pero les permite trasladarse hasta que se venza el plazo y deban buscar otro medio de transporte. Juan Urdangarin fue visto conduciendo en pasados días, cuando se reunió con Iñaki en Barcelona mientras sobrevuelan rumores de tensión entre ellos.

Pero si el vehículo en cuestión no fue adquirido en compra, sino en renta, ¿cuál es el problema? Ninguno, más allá de la circunstancia que señaló en su momento José María Olmo por medio de sus declaraciones en 'El Confidencial', con fecha de diciembre de 2020. En ellas, aseguraba que la tenencia del vehículo fue pagada con aquellas infames tarjetas black (con fondos provenientes de un empresario mexicano), que beneficiaron a varios integrantes del clan Borbón y, entre otras menudencias, satisficieron caprichos en El Corte Inglés, clases de piano, desplazamientos en Uber y hasta un caballo para la nieta favorita del Rey Juan Carlos, Victoria Federica.

Si bien, desde que se archivó la investigación sobre el caso, es temerario asegurar que el coche en el que se mueven los chicos Urdangarin sea el mismo que en su momento salpicó al resto de la familia, las fechas encajan. El Wolkswagen fue rentado meses antes de la salida del Emérito hacia su infierno personal en Abu Dabi y, luego, con el estallido del tema de las tarjetas, todos los gastos que ostentaran los familiares eran inmediatamente sumados a las cuentas del Rey Juan Carlos.

Para nadie es un secreto que, además, el Emérito es el máximo benefactor de sus hijas, las infantas Elena y Cristina. Al menos a la segunda de sus hijas le giró más de un millón de euros que pasaron de ser un "regalo personal" a un "préstamo", y no se duda que las hermanas hayan disfrutado (o disfruten, nunca se sabe) otras contribuciones similares desde hace varios años.