Las maniobras que debe sortear el Rey Felipe para que la Princesa Leonor gobierne algún día

Aunque parezca lejano, un año transcurre con rapidez y para la gestión de Casa Real, hay temas que deben prevenirse con tiempo. El acto de la jura de la Constitución que realizará la Princesa Leonor ante las Cortes es una de ellas y para tranquilidad del Rey Felipe, hay una posible solución que permitiría que este importante paso en el camino de su primogénita a convertirse en la próxima Jefa de Estado transcurra sin contratiempos, sobre todo cuando las venideras elecciones presidenciales constituyen un obstáculo en el calendario real.

Si bien es cierto que de acuerdo a la ley, la convocatoria a nuevos comicios debe contar con la disolución de las Cortes 54 días antes previo al decreto del Presidente de Gobierno de turno y este paso está amparado en la Carta Magna; también hay una segunda vía que garantizaría el mismo efecto sin la intervención del ejecutivo, de acuerdo a lo expuesto en un informe jurídico emitido por el Congreso, que rescata lo previsto en el artículo 68 sobre esta materia. Así lo difundió el diario "El Mundo": "El mandato concluye cuatro años después de la elección de las Cámaras o el día de la disolución, es decir, si no hay decreto de disolución, el mandato finalizará el 10 de noviembre de 2023, dado que las última generales fueron el 10 de noviembre de 2019".

En español cristiano y para aclarar términos, este texto se refiere a lo siguiente: para que la Princesa Leonor pueda jurar el 31 de octubre del 2023, día de su cumpleaños 18, como es tradición en el seno de la institución monárquica; Pedro Sánchez no debería adelantar el proceso electoral y mucho menos publicar decreto alguno de disolución de las Cortes, sino que en este caso procedería a dejar que estas se disuelvan de forma automática, cuestión que se concreta por orden de acontecimientos, a principios del mes de noviembre y durante este período de prolongación "las Cámaras mantienen todas sus potestades constitucionales".

De ser así no habría impedimento alguno entre la heredera y este paso histórico que la inserta oficial e institucionalmente en funciones como Princesa de Asturias, como ocurrió con su padre en sus días como Príncipe de Asturias, cuando hizo lo propio en su cumpleaños 18.

Interpretaciones más, interpretaciones menos, parece que el ejecutivo de Gobierno tenía razón sobre este tema, cuando alegó que "no es el fin del mundo", solo falta el previo convenio entre instituciones y a fin de que se cumpla a cabalidad con ambos escenarios sin que haya necesidad de choque alguno. ¿Podrá cumplir la Princesa Leonor como sucesora del Monarca con este importante acto que ratificará su posición ante el Legislativo y el país? Aunque es muy temprano para saberlo, solo resta esperar a ver cómo se irán desarrollando los acontecimientos y desear lo mejor para todos los involucrados.