Charlène de Mónaco se enfrenta a su doloroso pasado y se mantiene firme frente a su peor enemiga

Era de suponerse que ante el exitoso regreso de Charlène de Mónaco a la vida pública, y los compromisos de representación de cara al Principado monegasco, la cuestión no se limitaría simplemente a sus sorteadas apariciones junto al Príncipe Alberto o en solitario para mayor comodidad. Si bien ahora ocupa de lleno su cargo como Consorte del Príncipe regente, tampoco hay que olvidar que la pareja no es la única facción que dedica su vida a servir a los intereses de la estructura real, pues también varios miembros de la familia Grimaldi hacen lo propio y, por supuesto, es común que en ocasiones muy puntuales del año compartan escenario con la exatleta les guste o no.

De tal forma, si pensábamos que era imposible unir a Charlène de Mónaco con su familia política, lamentablemente para ella esto no es una posibilidad y es justo lo que, para sorpresa de muchos, ha sucedido cuando la sudafricana apareció en una rueda de prensa en la que oficialmente se anunciaron los actos previstos para la celebración del centenario de Rainiero III. Esta vez, no acudió a la cita solamente en compañía del Príncipe Alberto, también por la deslumbrante Princesa Carolina de Mónaco, su cuñada e incómoda suplente durante los últimos años.

No obstante, en esta actividad conjunta, lejos de la controversial matriz que asegura grandes diferencias entre ambas, en esta ocasión Charlène de Mónaco y la Princesa Carolina demostraron todo lo contrario, un derroche impensado de simpatía y complicidad entre ellas que no habíamos visto en mucho tiempo, mientras permanecían enfocadas en el trabajo que estaban por desarrollar.

Toda esta puesta en escena responde a la necesidad de los Grimaldi de mostrarse como un bloque unido, ahora fortalecido con la nueva actitud y disposición de la esposa del Príncipe Alberto por ocupar el rol que se espera de ella. En esta vuelta a los compromisos, las princesas han vuelto a coincidir en un acto público después de dos años. Fue en 2020 la última vez que se las vio juntas en el que la prensa se mantuvo en vilo observando cada movimiento y gesto involuntario que tuvieran la una con la otra.

Según lo ha referido 'Vanitatis', la razón por la cual tanto Charlène de Mónaco como la Princesa Carolina parecen haber limado asperezas, en parte, tendría que ver con el agradecimiento de la exnadadora con su cuñada por volcarse durante su infernal estancia en Sudáfrica al cuidado de sus hijos Jacques y Gabriella, acción que las ha unido mucho más, pues a través de los niños, han encontrado acercarse más a nivel familiar y no solo por el trabajo institucional. Aunque todavía permanecen las sospechas sobre cierta intencionalidad de lavar la cara familiar frente a la opinión pública, lo mejor es apostar por una relación mejorada y que intenten dejar atrás todas las desavenencias en el pasado.