Cuando nos invade la angustia producto de tomar consciencia de que los grandes no son para siempre, debemos pensar en los frutos que han dado. Por supuesto, estamos hablando de artistas y no de su legado en términos profesionales, sino de las personas que crecieron junto a ellos. Decimos esto porque es en ellos en quienes podremos seguir disfrutándolos. Luna Serrat y Joan Manuel Serrat son la prueba irrefutable de la idea antes planteada.

Hace ya tiempo que hablamos de la nieta de “El chico del pueblo” como de su gran heredera. Y es que en otros clanes representativos de nuestra cultura es fácil identificar a los sucesores de los líderes ya que se dedican abiertamente al arte heredado. Sin embargo, en esta familia, los hijos de la gran estrella prefieren mantenerse apartados de las cámaras, aunque sí se dediquen a algún tipo de manifestación artística. La excepción a la regla es Candela Serrat, aunque lo suyo es la actuación.

Vemos a la influencer como quien mejor encarna los valores de Joan Manuel Serrat porque parece compartir con él un profundo sentido artístico, una necesidad imperiosa y constante por dar a conocer lo que siente su alma y consigue hacerlo exactamente como lo hace su abuelo: con palabras. Lo sabíamos, lo intuíamos, pero hace algunas horas ha salido a la luz la prueba y entonces ya no existen dudas.

El proyecto mediante el cual Luna Serrat demostró cuán presente tiene a Joan Manuel Serrat

Estefanía Ruiz se define a sí misma como una “mostradora de historias”. Es una bloguera evidentemente apasionada por la literatura que está llevando adelante una idea superlativa: invita a famosos a escribir cartas reflexivas que luego comparte con su comunidad virtual. Luna Serrat se ha sumado al proyecto con una carta dedicada a sí misma en la que deja en evidencia que ha heredado el poder de la palabra de Joan Manuel Serrat. Se trata de una misiva en la que se recuerda constantemente que, pese a que parezca lo contrario, las cosas siempre irán bien.

Estate tranquila, las cosas te irán bien. Lo que ahora es un problema, en un año dejará de preocuparte.

En la composición de la multifacética artista no solo ha quedado claro lo bien que se le da el trabajo con la pluma, sino también que ha atravesado más de un momento complejo que solo ha logrado superar gracias a la contención de su círculo de allegados. Ahora está completamente repuesta, pero la carta culmina con un aprendizaje contundente: le han demostrado que la quieren tanto que ahora no se conforma con poco cariño, ni siquiera de ella misma. Lucía Rivera es otra de las muchachas que ya ha escrito su parte y estamos seguros de que más personalidades relevantes seguirán sumándose.

De mí para mí, siempre que me necesite.

Una personalidad con peso propio que pide espacio

Luna Serrat es hija de Queco Serrat. Tiene 25 años, es periodista de profesión, pero con el paso del tiempo descubrió que era el arte lo que la apasionaba. Es actriz, estudia canto y también escribe.