La Infanta Cristina entre dos aguas: perdonar y superar o amar en silencio y resignarse

Superar una ruptura siempre ha sido, es y será uno de los peores momentos que cualquier persona podría atravesar en su interacción con otras personas, especialmente si como sucedió en el caso de la Infanta Cristina, compartió un poco más de 25 años de unión con Iñaki Urdangarin y nunca faltó amor incondicional, al menos de su parte. Sin embargo a pesar de la consternación inicial, una de las peores humillaciones públicas y severas consecuencias familiares, es la Infanta Cristina en la actualidad quien toma la situación en sus manos y la revierte en algo mucho más positivo, sin dejar que ello afecte su percepción de las cosas ni ponga en entredicho su propio concepto de lo que es la dignidad.

Todos comentan en estos días la última  visual de los exduques de Palma en Jaca, para despedir a su gran amigo Eduardo Roldán, quien falleció a los 84 años por una enfermedad de tipo degenerativa. Allí se les apreció cordiales y en total tranquilidad, sin incomodidad en sus gestos ni mucho menos. Si no los conociéramos, podríamos pensar incluso que eran dos conocidos como cualquiera de los presentes, charlando y mezclándose entre los asistentes.

Del cabreo y la decepción total a una cerveza y una Coca Cola en un local cercano al velatorio en tan solo 8 meses separados, es un tiempo récord sin duda alguna para superar tres décadas de gloria, caída y ahora resurección. Lo de la Infanta Cristina puede significar entonces, una gran muestra de madurez y superación, o definitivamente, las últimas secuelas del amor aún admiten la presencia de Iñaki Urdangarin, pero entendiendo la situación en la que ambos se encuentran. Tal vez reconoce en él a la persona de la cual se enamoró, pero sabe que ahora hay condiciones que los unen, pero que también los separan.

Ya lo había expuesto la muy querida periodista Pilar Eyre en meses anteriores sobre las idas y venidas mediáticas sobre este matrimonio roto, cuando la Infanta Cristina salió de su hermetismo habitual para hacer llegar a la revista 'Lecturas' su decisión final "No habrá ni perdón ni reconciliación", y aunque aquello parecía obedecer a toda una declaración de intenciones sobre venideras tempestades, ahora entendemos de qué va. La exduquesa dio relación se da por terminada, pues no había forma de retomarla después de la forma tan mediática como se descubrió la traición, pero esto no quiere decir que deban sonar tambores de guerra cada vez que coinciden.

¿Qué sobrevive entre la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin después de tantos años juntos? El respeto mutuo, el reconocimiento del otro y lo que cada uno aportó para edificar la familia que construyeron juntos, y por supuesto el ánimo de no restarse espacios entre sí entre la familia y las amistades. Si pueden manejarse bien en estos temas, el porvenir será mucho más llevadero para ambos.