La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin solos ante la ausencia del único mentor en quien confiaban

Cuando la Reina Letizia se casó con el Rey Felipe, debió enfrentarse a las críticas abiertas de su familia política por un tema que en más de una ocasión la sacó quicio y que tiene que ver con el esquí como deporte. No saber esquiar en sus días como Princesa de Asturias era casi como un absurdo entre el clan y las burlas y críticas no se hicieron esperar. En cambio, con Iñaki Urdangarin fue todo distinto a su llegada por la década de los noventa de la mano de la Infanta Cristina. Siendo deportista de élite, con brillar en las canchas de balonmano no bastaba, también tenía que mostrarse experto en las pista de los Pirineos así que, ¿quién mejor para guiarle que el noble empresario y esquiador Eduardo Roldán?

Es por ello que, en una fecha tan triste como la del pasado domingo, ninguno de los exduques de Palma podía faltar para darle un último adiós a este gran amigo de la familia. Tanta fue su influencia y el cariño que ambos le profesaban que fueron capaces de poner a un lado todas sus diferencias y asistir juntos a esta triste despedida en Jaca.

Esta conversión del balonmano al esquí solo pudo ser posible gracias a los buenos oficios de Roldán, quien dedicó varias jornadas extensas para enseñar en tiempo récord al esposo de la Infanta Cristina. Todavía recuerdan algunos allegados a la familia las luces encendidas de la pista hasta después de la hora de cierre, con Urdangarin bajando las pistas de Candanchú una y otra vez.

¿Qué lo ayudó? Su mentalidad disciplinada de deportista y su esfuerzo por hacerlo perfecto. Pero la relación entre la Infanta Cristina, su esposo y el recordado esquiador no solo se limitó a sus clases particulares. El dueño de esta famosa estación hasta 2015 se convirtió en uno de los amigos más íntimos de la pareja y en sus manos pusieron la formación de sus cuatro hijos en este deporte, de allí que también estuvieran presentes Pablo y Miguel Urdangarin para dar un último adiós a uno de sus queridos mentores.

Para la exduquesa de Palma y el vasco, no ha sido fácil despedirse de Roldán, especialmente en momentos como estos, cuando la aún pareja afronta su proceso de separación. ¿Cuántos sabios consejos y buenos ánimos podría ofrecerles este amigo entrañable en medio de este trance amargo para los Urdangarin Borbón? Ante la pérdida, no les queda otra que seguir adelante.