LOLA FLORES

Lola Flores probó con Antonio González “El Pescaílla” que su estilo filoso no era solo para el canto

La coplera tuvo que aprender herramientas que excedieron lo artístico.
martes, 17 de enero de 2023 · 09:00

En breve, Lola Flores cumpliría 100 años y ese es todo un acontecimiento en el calendario. Es ampliamente conocido que se la recuerda cada día y todos los años, pero un aniversario de natalicio hace que toda su obra tome todavía más trascendencia y que sus archivos personales recobren vigencia. Por supuesto, en ese ejercicio, Antonio González “El Pescaílla” también vuelve a la palestra.

La madre de Lolita y de Rosario es recordada por sus coplas emblemáticas, pero también por haber sido la primera mujer en animarse a hablar de temas considerados tabú en la sociedad de posguerra. Se refirió abiertamente y en televisión a tópicos como la maternidad no deseada, los desengaños amorosos, la vida laboral y la libertad de las mujeres en todos los ámbitos. Por esa razón es que más de una vez se pensaba mal de su marido.

Lola Flores y Antonio González “El Pescaílla”
Lola Flores y Antonio González “El Pescaílla” en una postal de su boda. Fuente: Imagen de archivo.

Por aquel entonces, resultaba sospechoso que un hombre como Antonio González “El Pescaílla”, de tradición gitana y costumbrista, no tuviese problemas en estar junto a una mujer que era todo poderío. No solo eso, sino que además hubiese formado una familia con ella y que su masculinidad no se viera afectada. El matrimonio siempre se mostró firme y consolidado, pero eso no significaba que no sintieran incomodidad cuando la prensa, por ejemplo, hacía alusión a que él trabajaba menos que ella.

Lola Flores y sus estrategias para salir del paso sin embarrar a Antonio González “El Pescaílla”

Lola Flores y Antonio González “El Pescaílla”
Lola Flores y Antonio González “El Pescaílla” en una imagen de archivo.

En varias entrevistas, Lola Flores tuvo que enfrentarse a las mofas por ser la esposa de Antonio González “El Pescaílla”. En casi ninguna oportunidad mostró molestarse, pero tampoco permitió que quienes la entrevistaban se salieran con la suya. Con su estilo firme y con una sonrisa de oreja a oreja, respondía exactamente lo que quería decir y reivindicaba la figura del padre de sus hijos de un modo ejemplar y pocas veces visto en una mujer.

Yo como pescaílla todo el año, pa que te enteres.

En adjunto puede apreciarse un ejemplo de la situación antes planteada. “Tariro Tariro” fue el segmento que la convocó y, luego de charlar con los colaboradores en una mesa, la escenografía se cambió por la de una cocina en la que la coplera prepararía un gazpacho. Sus asistentes intentaban desviarla de la receta con bromas de todo tipo y fue entonces que uno de ellos le preguntó en tono burlón la frecuencia con la que comía “pescaílla”, en clara referencia a Antonio González “El Pescaílla”. Ella salió del paso con toda soltura y quienes la acompañaban no tuvieron más opciones que pasar a otra pregunta.

Un emblema

Lola Flores no era gitana, pero de todos modos vivió y reivindicó esas tradiciones como si lo fuera. Es un ícono del primer feminismo y sus coplas siguen siendo escuchadas en todo el mundo, incluso por las nuevas generaciones.

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