ISABEL PREYSLER

La primera vez que Julio Iglesias hizo llorar a Isabel Preysler

El peor presagio para la socialité.
sábado, 21 de enero de 2023 · 05:30

Un día de lluvioso de 1971, Isabel Preysler y Julio Iglesias llegaban al altar en lo que parecía una postal eterna de los novios enamorados que siete meses atrás habían iniciado su romance, ya que, cautivados por la fuerza de ese flechazo, se decidían a lo impensable: sellar sus destinos con el "sí, quiero". 

El padre de la "Reina de corazones" fue el ausente de la ceremonia. Él nunca estuvo de acuerdo en tan precipitada decisión entre su hija, Isabel Preysler, y el cantante del momento, Julio Iglesias. Además, la decisión familiar de enviar a la joven que apenas rozaba la segunda década de vida fuera de su natal Manila, también había sido tomada para alejarla de un "mal partido". 

Hasta ese momento, Ia madre de Tamara Falcó era una completa desconocida de la prensa rosa española. Recién llegada de Filipinas, conquistada de repente por un apuesto Julio Iglesias, que tampoco sabía cómo la música cambiaría por completo sus vidas. Así, los jóvenes sucumbieron a los deseos de sus corazones y se embarcaron en lo que hoy en día resulta impensable para las nuevas generaciones. 

Julio Iglesias e Isabel Preysler en una imagen de archivo.

Era una mujer bellísima, oriental, la miraba todo el mundo. 

De aquellos primeros años de idilio, la leyenda de la música española confesó sentirse atrapado ante la belleza exótica de Isabel, a quien no le pidió una, sino muchas veces que se casara con él. Ella misma lo contaría años más tarde en "Vanity Fair": "Yo no le hacía mucho caso al principio, pero era tan mono... Pendiente de mí, me adoraba. Al poco tiempo me pidió que me casara con él. No una, sino varias veces". 

Julio Iglesias e Isabel Preysler en una imagen de archivo.

Tras mucha insistencia, la jovencísima Isabel Preysler aceptó e inmediatamente la ceremonia se convirtió en la boda más mediática de la década. Con las cámaras de televisión ocupando muchos lugares entre los invitados, fue tal el escándalo que ambos novios tuvieron que repetir el "sí, quiero" porque no se escuchaba en las grabaciones. Con ese nivel de intensidad, la pareja se convirtió en un ícono, además de sentar las bases de la familia mediática que fueron por siete años. 

El cura que nos casó a Julio y a mí declaró que nunca había visto a una novia llorar tanto en su vida, estar tan, tan triste.

De todas las confesiones dichas por Isabel Preysler, fue esta la más desveladora, dado que esas lágrimas fueron la verdadera señal de los años que vendrían. Infidelidades, celos, sufrimiento. Todo un cóctel que la filipina fue contando a medida que su historia de amor se rompía a pedazos. 

Julio Iglesias e Isabel Preysler en una imagen de archivo.

En el mismo medio se contaría que Julio Iglesias "era celoso, posesivo y muy machista, y se empeñaba en que su esposa apenas saliese de casa", una situación que la madre de Ana Boyer soportó por la ingenuidad de aquellos años, pero de la que claramente quedó curada después de tantos tiempo de mantenerse callada. 

A más de cuatro décadas después, Isabel Preysler recuerda esas lágrimas con la nostalgia de "lo que pudo ser", como confesaría a Tamara Falcó en Nochevieja, aunque también ese llanto fue el preámbulo del título de "Reina de corazones" que hasta hoy la acompaña, pues si una lección también quedó aprendida es la de no volver a relaciones posesivas en las que ella no tuviera capacidad de elegir. 

A las pruebas se remite

Si se teje una comparativa con la nueva vida de Julio Iglesias junto a su actual pareja, es evidente que ella vive a la sombras. Nunca se ha sabido del todo de sus gustos, preferencias o vida más allá de ser "la esposa de", una elección que a Isabel Preysler no le seduce en lo absoluto, mucho más ahora que ella tiene muy bien ganado su lugar en la crónica social. 

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